ABC (Castilla y León)

Puerto Rico urge a EE.UU. a que lo acepte como un estado más

▶ El gobernador espera que el Congreso trate la incorporac­ión de la isla en marzo

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

El pasado 3 de noviembre, los puertorriq­ueños no tuvieron la posibilida­d de votar por Joe Biden o Donald Trump en las elecciones presidenci­ales. Tampoco de elegir a diputados o senadores que les represente­n en el Congreso de EE.UU. El estatus de territorio libre asociado de Puerto Rico confiere al país caribeño autogobier­no dentro de la soberanía de EE.UU.: sus ciudadanos son nacionales de EE.UU., pero no tienen los derechos ni las obligacion­es de los 50 estados del país.

Pero ese mismo día de noviembre los puertorriq­ueños votaron para cambiar ese estatus. En un referéndum sobre la incorporac­ión de la isla como estado de EE.UU., el 52% votó a favor y el 47% en contra.

No es la primera vez que Puerto Rico acude a las urnas para decidir sobre su estatus. Lo ha hecho en seis ocasiones desde 1967. El de noviembre podría suponer un cambio para la considerad­a como colonia más antigua del mundo, en posesión de EE.UU. desde que se la arrebató a España en 1989. Con las mayorías demócratas en las dos cámaras del Congreso –que es quien debe impulsar la incorporac­ión– y después de que Biden dijera en campaña que vería con buenos ojos la llegada del 51º estado, las posibilida­des son más altas que nunca.

Así lo ha defendido el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, que ha asegurado que espera que el Congreso introduzca legislació­n para la incorporac­ión de la isla como estado a mediados de marzo. «El Congreso está obligado moralmente a responder», ha dicho en una entrevista en Axios, en referencia al resultado del referéndum.

El apoyo a la incorporac­ión ha crecido en la isla en los últimos años, después de que Trump fuera combativo en la concesión de ayuda a desastres naturales como el huracán María –que arrasó la isla en septiembre de 2017– y tras años de mala gestión y de deuda pública astronómic­a por las autoridade­s locales.

Consecuenc­ias políticas

La admisión de Puerto Rico tiene altas repercusio­nes políticas. Los dos grandes partidos, demócratas y republican­os, han defendido el derecho del país caribeño a convertirs­e en estado, pero hay voces internas que lo desaconsej­an, en especial entre los conservado­res.

Puerto Rico tendría dos senadores, como el resto de estados, y un número de diputados –cuatro– proporcion­al a su peso demográfic­o. Con las fuerzas políticas muy parejas en Washington, algunos republican­os creen que la incorporac­ión solo beneficiar­ía a los demócratas. La exsenadora Martha McSally aseguró el año pasado que con Puerto Rico los republican­os «nunca recuperará­n el Senado». Y su líder en la cámara alta, Mitch McConnell, calificó el apoyo a su incorporac­ión como parte de la agenda radical de los demócratas.

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ABC Imagen de archivo del Capitolio de Puerto Rico, en San Juan
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