Mañueco pide reflexionar sobre los «malos resultados» del PP en Cataluña
▶ El PSOE valora la victoria «del diálogo» y Cs llama a hacer «autocrítica»
AWenceslao Fernández Flórez le quitaron de viajar los transportes. Escribió que se había curado de «esa enfermedad costosa y molesta», que padecen todos los hombres nacidos a la orilla del mar al considerar la quietud como desasosiego, gracias a la incomodidad y el riesgo que suponía el tranvía, el coche o el tren de la época. Una adicción, la de los viajes, que con las décadas se extendió como necesidad en la serenidad del páramo y en el balcón de la montaña. Yo también era un viajero, modesto según exige el salario de periodista, que anhelaba pisar otras ciudades y habitar hoteles elegantes en esa irrealidad fabricada de los viajes por turismo. Uno es feliz lejos porque disfruta de jornadas ociosas y derrochonas que su economía no le permite mantener en su hogar más que por la aventura apasionante de conocer culturas, la experiencia excitante de descubrir gastronomía o ese cosquilleo de ilusión que se siente al pisar los lugares donde se hizo la Historia. Por el pantalón corto y la camiseta.
Qué recuerdos de aquello de ser viajero y aguardar horas de retrasos en los aeropuertos. Qué añoranza de las colas en las aduanas, de la congoja innata a que le mire mal un agente y esa vulnerabilidad casi sádica de vagar perdido sin entender nada. Fíjense si estábamos ciegos ante los viajes que no hay sensación más placentera que aterrizar en tu país y escuchar por megafonía la voz de nuestra megafonía y llegar a casa y deshacer la maleta. Qué suerte que nos abriera los ojos la pandemia.
Con estos Carnavales amargos y nada carnales se ha cerrado el ciclo anual de fiestas y tradiciones de siempre que no hemos podido celebrar como antes. «Castilla y León. Tamaño familiar» decía una campaña de la Junta que fue presagio de dónde acabaría el horizonte. Olvídense de viajar alantrote si aún no saben saborear un cielo enrasado de Castilla sentados al sereno mientras se levanta el amargacenas. No se amurrien por no viajar, que aquí hay de todo menos océanos inquietos pero tenemos mares de nubes y de trigales en primavera. A este mundo estrecho y encogido en un año lo hemos llamado resilencia.
El presidente del Partido Popular de Ávila, Carlos García –en la imagen en primer término–, se presentará a la reelección en el Congreso Provincial de la formación que se celebrará el próximo 20 de marzo.
Diferentes lecturas dejan en los partidos de Castilla y León los resultados de las elecciones en Cataluña celebradas este domingo. Entre la cierta satisfacción del PSCL por el triunfo de Salvador Illa al reconocimiento del mal resultado asumido por el PP y la llamada a la autocrítica y reflexión en Ciudadanos, tras el desplome y pérdida de treinta escaños.
Así, el presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, apuntó que de cara al Comité Ejecutivo Nacional convocado para hoy será el momento de «reflexionar» sobre los «malos resultados» obtenidos en las elecciones catalanas. «Si bien estos datos no se pueden extrapolar», apuntó durante su intervención en la Junta Directiva Provincial del partido en Ávila, donde valoró que Alejandro Fernández era, «sin duda», el mejor de todos los candidatos, «reconocido por muchos de los adversarios». «El espíritu de unidad y de fortaleza son las principales bazas para alcanzar nuestros objetivos como partido», resaltó.
«Somos, además, en Ávila y en Castilla y León, ejemplo de seriedad, de decencia, de honestidad y de inquebrantable lealtad institucional, incluso cuando nos encontramos al frente del Gobierno de España a un presidente indolente y desaparecido al que, con la que está cayendo, nada turba ni espanta. Ni siquiera los infames despropósitos protagonizados por sus socios de gobierno», apostilló.
También desde las filas populares, su número dos, Francisco Vázquez, reconoció su insatisfacción con unos resultados «no buenos» en Cataluña, pero que «no son extrapolables ni a nivel nacional, ni a otras comunidades autónomas y mucho menos a Castilla y León».
«Se mire como se mire, es una ecuación mala para España y para Cataluña», advirtió sobre el mayor peso cosechado por el voto independentista que por el constitucionalista.
Separatismo
MAÑUECO
TUDANCA
Mayor satisfacción en el PSOE tras ver cómo la candidatura del exministro de Sanidad era la más apoyada en las urnas. Así, el secretario general de los socialistas en la Comunidad, Luis Tudanca, trasladó su «enhorabuena» a Illa y sus colegas en Cataluña «por la importante victoria». «Es el triunfo del diálogo y la serenidad, de la apuesta por la convivencia y otra forma de hacer política», escribió en su perfil de Twitter.
Ayer, su número dos, Virginia Barcones,
consideró que venció el «diálogo, la serenidad, el sentido común y la convivencia, otra forma de hacer política». Todo ello, dijo, porque es el PSOE el que «mejor entiendo y responde» a las demandas de la gente. «Los ciudadanos están hartos de políticos impostados, como Mañueco, y buscabroncas, como Igea, que solo buscan salvarse así mismos aunque por el camino nos quedemos todos los castellano y leoneses», concluyó. Además, consideró que Cs debe reflexionar en «el rincón de pensar» sobre lo que ha hecho «también en esta tierra».
Y poco margen para la alegría en Cs. Su portavoz y líder en Castilla y León, Gemma Villarroel, abogó por hacer autocrítica y reconoció que no han sabido movilizar a los constitucionalistas. En declaraciones a Ep, lamentó que el primer partido en votos haya sido el de la abstención y pidió al socialista Salvador Illa que no alimente las aspiraciones del separatismo.
Por su parte, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea (Cs), aseguró que para los que creen en la libertad y la igualdad no hay «motivos para la alegría». Y llamó a la Ejecutiva de su partid a analizar «con responsabilidad» los resultados y el «panorama terrible» que, en su opinión, se presenta para España.
VILLARROEL