Joe Biden devuelve a la OTAN a la escena internacional
▶Los ministros de Defensa aliados celebran la primera reunión desde la llegada del demócrata a la Casa Blanca para definir el futuro de la Alianza
Una de las primeras llamadas a líderes internacionales de Joe Biden tras ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca fue al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Se trataba de una señal de que las relaciones iban a ser distintas tras los tumultuosos años de Donald Trump. Según dijo la Casa Blanca tras aquella llamada, el presidente de EE.UU. «enfatizó la importancia de los valores comunes, el diálogo y las capacidades disuasorias para contrarrestar amenazas nuevas y emergentes, incluido el cambio climático y la seguridad sanitaria mundial». Hoy, el secretario general de la
OTAN, Jens Stoltenberg, presentará a los ministros de Defensa aliados los planes de reforma para modernizar la alianza después de estos cuatro años de fricciones con Washington, para intentar abrir esa nueva etapa y al mismo tiempo hacer frente a los nuevos desafíos que incluyen el ascenso militar de China y las tensiones crecientes con Rusia, es decir una agenda que vuelve a estar en sintonía con los intereses de ambas orillas del Atlántico.
La reunión de ministros se celebra por teleconferencia pero se mantiene el mismo formato de dos días (miércoles y jueves) como es tradición en las sesiones del Consejo Atlántico. Está previsto que Stoltenberg proponga ocho áreas en las que la OTAN podría modernizarse a medio plazo, incluyendo su contribución a la moderación en el cambio climático, aunque el elemento más importante volverá a ser el de la financiación, ahora que los aliados se dirigen hacia un nuevo periodo de contracción presupuestaria debida a la congelación de la economía por las medidas contra la pandemia. Uno de los ejes centrales del discurso de Trump ha sido precisamente el tema de las contribuciones militares aliadas y, de hecho, a pesar de las desavenencias este le ha dejado a Biden una OTAN mejor financiada (con un periodo constante de aumentos presupuestarios) y el compromiso de sus principales miembros de invertir más en defensa y de aportar más a los costes de esta organización.
Inacción ante Turquía
La insatisfacción con la organización no solo era cosa de Trump. También algunos socios europeos como Francia habían denunciado que la OTAN estaba en «muerte cerebral» por su inacción ante las provocaciones de Turquía, que es uno de sus miembros más relevantes pero su Gobierno ha dado pasos que aumentan la tensión en varias direcciones incluso al decidir comprar misiles antiaéreos a Rusia, que se consideran incompatibles con la tecnología aliada. Este conflicto interno ha sido puesto de alguna manera ‘en el congelador’ y puede volver a reactivarse en cualquier momento.
Stoltenberg anunció el lunes que en esta reunión, que también sirve para preparar la cumbre que está prevista para finales de año en Bruselas, propondrá que haya más discusiones políticas en la OTAN con reuniones más frecuentes no solo de los de ministros de Exteriores y Defensa, sino también con los de Interior y los asesores de seguridad nacional.
«Tenemos una oportunidad única para revitalizar y fortalecer el vínculo transatlántico», dijo Stoltenberg refiriéndose al proceso de reforma de que ha sido bautizado como la ‘OTAN 2030’. Las propuestas incluyen la actualización de sus principios estratégicos, de manera que se considere el
‘Muerte cerebral’ No solo el expresidente de EE.UU., también Macron arremetió contra la situación de la Alianza
Jens Stoltenberg «Tenemos una oportunidad única de revitalizar el vínculo transatlántico»
inquietante aumento de las capacidades militares chinas y la creciente hostilidad del régimen ruso, que mantiene la tensión en niveles muy problemáticos desde la anexión de la península ucraniana Crimea en 2014. Después de veinte años de misión en aquel remoto país, la OTAN busca ya una manera de retirarse de Afganistán sin provocar el derrumbe del estado que tanto ha costado construir, mientras que probablemente aumentará su presencia en Irak a petición de las autoridades de Bagdad, en materia de adiestramiento.
En el aspecto financiero, Stoltenberg
piensa proponer un embrión de presupuesto militar de la OTAN con un mecanismo para que los aliados opten por la financiación colectiva de ciertas operaciones, en lugar de que sea solo el país protagonista el que asuma todos los costes de cada misión. El dinero de esas contribuciones también se contabilizaría en el objetivo de gasto anual de defensa de la alianza igual o superior al 2% de del PIB antes de 2024.
De momento, son muy pocos los aliados que llegan a este compromiso. Aparte de EE.UU., Reino Unido, Grecia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía y