OBLIGADOS A REFLEXIONAR
Odile Rodríguez de la Fuente: «Una mayor protección del lobo no es científicamente necesaria»
Hacer una extrapolación de los resultados de las elecciones en Cataluña a la vida nacional sería un grave error. En Cataluña todo es diferente y la realidad aparece trufada por años de inmersión y permisividad que lo enmascara todo. Pero también sería un grave error despreciar los signos que se han puesto de manifiesto y que, indefectiblemente, afectan a los partidos que protagonizan la vida nacional.
Es un hecho que el PSOE vive un buen momento en su vida política, lo avalan los resultados de Illa y se encargaron de amplificarlo en las redes los responsables del PSOE en Castilla y León, que consideran que el partido sigue con buenas perspectivas y que los resultados de las pasadas autonómicas no fueron fruto de un momento. Además, el PSOE sabe que Ciudadanos vive sus peores momentos y que el PP sigue siendo el gran adversario con claros problemas internos.
En Ciudadanos y en el PP los momentos no pueden ser de euforia. Los datos electorales han sido una catástrofe y son un síntoma evidente de que tienen serios problemas para llegar a sus electorados. Pasó en Cataluña y puede pasar en el resto de España, porque a la difícil digestión de los resultados electorales se suman esos problemas de costura interna que acaban siempre por constituirse en un gran lastre.
Si eluden la autocrítica y creen que lo que los resultados del fin de semana son factura del pasado, es que están más ciegos de lo que uno pudiera llegar a pensar. Ciudadanos es un partido de vaivén, con problemas para encontrar el centro y su centro, y si sigue por este camino corre peligro de desaparecer.
En el PP parece mentira que estén más preocupados de cuitas internas y de caza de brujas que de alcanzar la unidad y encontrar un mensaje que cale en un electorado que corre el peligro de alejarse. Si de lo que se trata es de fomentar la guerra interna para acabar con el pasado, de seguir en el ajuste de cuentas del pasado congreso nacional y de herir gravemente con ello la gran implantación territorial que tienen, el PP va abocado a una cuesta abajo sin frenos que deja cada vez más espacio a Vox, que es verdad que en comunidades como Castilla y León es testimonial, pero tira de las siglas nacionales y consigue vuelcos como el del fin de semana en Cataluña. Mas vale que en Génova maduren y empiecen a ver lo que de verdad está pasando.
La naturalista Odile Rodriguez de la Fuente sostiene que elevar el nivel de protección al lobo no le parece «una decisión ni social ni científicamente necesaria y podría incluso ser contraproducente para la propia especie», y cree que el debate ante la propuesta de que el cánido deje de ser una especie protegida «se encona en posiciones que muchas veces son más ideológicas que prácticas».
La hija de Félix Rodríguez de la Fuente abre el último número de la revista COAG Informa editada por por la organización agraria, de cuyos argumentos la organiación agraria destaca en un comunicado que «ser ganadero, hoy en día, sobre todo en extensivo, es una heroicidad».
La naturalista sostiene que la solución pasa por «tratar de entender la realidad de los que viven en el campo. Ponerse en su lugar y desde la empatía y el respeto apoyarles en la búsqueda de soluciones. Si los ganaderos se sienten apoyados, serán los mejores custodios de la naturaleza». No obstante, se define partidaria de que el lobo deje de ser con el tiempo una especie cinegética, pero «así no. Tiene que ser una decisión de todos los sectores implicados. Tiene que haber consenso» con los ganaderos, concluye.
O. DE LA FUENTE