El Gobierno intenta zafarse del cerco por el caso Isofotón
Los tres miembros del Gobierno salpicados por el caso Isofotón intentaron ayer salir este al paso de las peticiones de dimisión que lanzarondesde la bancada popular, asegurando que su presunta implicación se reduce a «falsas acusaciones» y mentiras.
Y ello a pesar de que el Juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla investiga si en las subvenciones que la Junta de Andalucía adjudicó a la citada empresa se cometieron los delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación y falsedad documental.
En una estrategia a todas luces coordinada, la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, y el titular de Agricultura, Luis Planas, echaron balones fuera ante la ofensiva lanzada por el PP en el Congreso. Según Ribera, su presunta vinculación con el caso «es una lista de mentiras, infamias y difamaciones», en tanto que Montero acusó a los populares de intentar «solucionar sus problemas» difamando al Gobierno.
La diputada del PP Carolina España preguntó a la portavoz del Gobierno si presentará su dimisión en caso de que la Justicia decida investigarla, pero esta pregunta se quedó sin contestación ya que Montero reaccionó acusando a los populares de «política de tierra quemada». «Siguen fundamentando su política en la injuria, la difamación, la tergiversación y en el cuanto peor, mejor», atacó.
Y en la misma línea intervino Planas, evitando dar cualquier tipo de explicación sobre el caso.