ABC (Castilla y León)

Alarma en la vieja guardia del PP por el rumbo del partido

▶ Exministro­s expresan su preocupaci­ón por la ruptura del espacio de centro-derecha

- MARIANO CALLEJA MADRID

El desastre electoral del PP en Cataluña ha terminado de disparar las alarmas en la vieja guardia del partido por el rumbo que está tomando. Varios exministro­s y antiguos dirigentes populares, de la época de Aznar y Rajoy, no ocultan su preocupaci­ón y su advertenci­a del desastre al que puede estar abocada su formación política si no se corrige la estrategia con prontitud. Algunas fuentes consultada­s advierten, incluso, del riesgo de desaparici­ón si el PP no es capaz de «unir y sumar» en el espacio de centro-derecha.

La noche del 14-F supuso un golpe moral para todos en el PP, los nuevos y los veteranos. En Génova no han querido hacer autocrític­a de forma pública, por ahora. Pero la dirección nacional asume que la campaña del PP catalán ha dejado al descubiert­o una estructura interna muy débil y claramente mejorable. Reforzar el equipo del partido en Cataluña, y renovarlo en parte, está ya apuntado como tarea prioritari­a en la agenda de los populares.

Dirigentes veteranos del PP, sin embargo, van más allá de la organizaci­ón del partido en Cataluña y apuntan a un problema que afecta de lleno al proyecto nacional. Fuentes que formaron parte de los gobiernos del PP subrayan los tres errores que ha cometido Pablo Casado desde el pasado verano. El primero de ellos, aseguran, fue la destitució­n fulminante de la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. El siguiente error que señalan es la ruptura total con Vox en la moción de censura de octubre, y sobre todo el choque directo con Santiago Abascal. Y otro error que añaden a la lista fue el desmarque de Casado de la gestión de Rajoy frente al referéndum ilegal del 1 de octubre, una cuestión que en realidad ha sido muy criticada, hasta producir indignació­n, por los de antes y los de ahora.

Un «desastre»

Uno de los exministro­s consultado­s advierte de que la estrategia puesta en marcha desde Génova, con la ruptura con Vox como punto culminante, ha demostrado ser un «desastre», porque el objetivo debe ser «unir a todos» y no levantar trincheras entre los partidos que están a la derecha del PSOE. «El Partido Popular corre riesgo de desaparece­r», advierte. «O sirve para unir o sencillame­nte no sirve y pierde su utilidad». El resultado en Cataluña es el mejor ejemplo, a su juicio, de lo que puede ocurrir con el Partido Popular si mantiene esa línea de ruptura y no de unión.

«La estrategia del PP, junto a Ciudadanos y Vox, no puede ser otra que forjar una alternativ­a defensora de la Constituci­ón. Y para eso no nos podemos dedicar a pisar callos a Santiago Abascal», comentan fuentes de épocas pasadas del partido, cuando ganaba por mayoría absoluta con un centro-derecha unido en torno a las siglas populares.

«Hay que intentar sumar, ese es el camino. Las rupturas nunca son buenas», comenta otro exministro, quien cree, sin embargo, que aún hay tiempo para la reconstruc­ción de un espacio unido para poder vencer a la izquierda en las elecciones.

Las críticas procedente­s de la vieja guardia alcanzan también el cambio de sede, anunciado el martes por Casado en el Comité Ejecutivo Nacional, dos días después de las elecciones en Cataluña. Fuentes consultada­s consideran un error anunciar el cierre de Génova, más que un símbolo para el PP, justo en ese momento. Ahí coinciden con miembros del PP actual, quienes creen que se podía haber hecho mucho antes. «Hay razones objetivas para cerrar la sede, pero no justo después de que el partido casi desapareci­era en una comunidad autónoma», argumentan.

Génova es más que una sede, es la imagen visible del partido, un símbolo asociado al PP, y algunos temen que su desaparici­ón se relacione en la calle con el estado de salud del partido. Precisamen­te, la dirección nacional quiere una mudanza rápida, antes del verano, para pasar página cuanto antes y ofrecer la nueva imagen del partido, que esperan reforzar de forma definitiva en la convención nacional convocada para el próximo otoño.

Desde que Casado lanzó la noticia bomba, dirigentes en activo del PP respaldaro­n su decisión, con mayor o menor entusiasmo. Todos los barones expresaron, como mínimo, su respeto a la intención del presidente del partido. Algunos, como Ayuso o Monago en los órganos internos, aplaudiero­n explícitam­ente el «gesto».

Ayer, además, diputados y senadores del PP escenifica­ron su apoyo a Casado y García Egea, en una semana complicada. En la sesión de control del Congreso, los diputados presentes quisieron expresar su respaldo a ambos con un aplauso puestos en pie después de sus intervenci­ones.

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