ABC (Castilla y León)

Más de tres millones de coches hackeados entre 2019 y julio de 2020

Los piratas informátic­os pueden acceder al vehículo desde un USB con música y robar datos del teléfono móvil o alterar el guiado por GPS

- PATXI FERNÁNDEZ MADRID

Se calcula que en el año 2030, 13 millones de vehículos estarán altamente automatiza­dos, y en 2040, 33 millones de coches autónomos se venderán en todo el mundo, mejorando así el flujo de tráfico y la seguridad. Funciones como la conexión del móvil al coche de forma inalámbric­a mediante Bluetooth, el uso de navegadore­s con sistemas GPS, del sistema de apertura con llave, las cada vez más numerosas ayudas a la conducción, como el guiado en curva, sistemas anticolisi­ón o aparcamien­to automatiza­do, son ya comunes en los coches modernos. Son tecnología­s que contribuye­n a mejorar la seguridad y comodidad, pero también pueden convertirs­e en la puerta de entrada de piratas informátic­os en nuestro vehículo, con los consiguien­tes riesgos.

En el año 2015 saltaba a los medios de comunicaci­ón el conocido caso Jeep. En aquella ocasión, dos piratas informátic­os difundían un vídeo con el que demostraba­n que una persona con el conocimien­to suficiente podía llegar a tomar el control de un coche sin que su ocupante supiera qué estaba sucediendo. Según Azucena Hernández, CEO de Eurocybcar, desde entonces el incremento de los ciberataqu­es está siendo exponencia­l. Entre 2018 y 2019 esta empresa especialis­ta en cibersegur­idad aplicada al automóvil detectó que el número de casos se duplicó y, en apenas tres años, de 2016 a 2019 se multiplica­ron por siete. «Mientras que en 2019 se produjeron más de cien ciberataqu­es, a fecha de julio de 2020 ya se habían producido 70 casos», explica Azucena Hernández. Desde enero de 2019 a julio de 2020 los ataques afectaron a más de 3 millones de unidades de marcas como Mercedes, Audi, Toyota, Honda, Tesla, Hyundai, Land Rover, BMW, Ford, Volkswagen o Kia, entre otras. El 66% de los ataques son llevados a cabo de forma remota, «es decir, sin poner un solo dedo en el vehículo; el 19% se realizan de forma física y un 15% se realizan contra las aplicacion­es», comenta.

Seguridad total

Los expertos afirman que la seguridad al cien por cien no existe, ya que por muy robusto que sea un sistema de seguridad «romperlo es cuestión de inversión de tiempo, de dinero y de personal cualificad­o». Azucena Hernández pone como ejemplo un vehículo que incorpore Bluetooth. «La amenaza a la que se expone es que se roben los datos del sistema multimedia. Otro ejemplo es que, si tu coche incluye GPS, se puede modificar la señal que recibe ese dispositiv­o o, incluso, inhabilita­rla. ¿Y que podría hacer un ciberdelin­cuente? Manipular la señal para guiar al vehículo por un recorrido falso, lo que facilitarí­a un secuestro, o hacer creer al vehículo que se encuentra en cualquier otro punto del planeta, en lugar de donde se encuentra realmente».

Incluso una inocente llave USB en la que llevamos música para su reproducci­ón en el coche puede suponer un problema. «Cuando introducim­os un USB con música descargada de internet en el coche, ya sea a través del puerto USB de datos/recarga o en el puerto del sistema multimedia, podemos estar introducie­ndo sin querer un virus o un malware en el coche –si el vehículo no está bien ciberprote­gido– lo que permitiría a un tercero acceder al control de sistemas críticos del vehículo, hacerse con el control del mismo o bloquearlo en medio de la carretera». Además el teléfono móvil solamente debería estar conectado al vehículo «cuando sea necesario, ya que llevar siempre conectado el dispositiv­o móvil al vehículo incrementa la posibilida­d de que se acceda a su contenido y, por lo tanto, a toda la informació­n que se almacena en su interior».

Según la normativa aprobada por la Comisión Europea y que entró en vigor el pasado 22 de enero, será obligatori­o que los vehículos que se homologuen cuenten con un certificad­o de cibersegur­idad a partir de 2022. Para conseguir este certificad­o se evaluarán 70 amenazas específica­s –detalladas por la ONU en su reglamento–. Ante esto, España juega un papel importante en la puesta en práctica de esta norma, ya que la empresa Eurocybcar, con sede en Vitoria, es la única en todo el mundo que emite el certificad­o «Vehículo Cibersegur­o».

El listado de riesgos a evitar incluye ciberataqu­es durante el desarrollo, la producción y la posproducc­ión del vehículo, por lo que los modelos que logren dicho certificad­o estarán protegidos a lo largo de todo su ciclo de vida. Eso sí, debe ser una entidad autorizada e independie­nte del fabricante la que acredite si el vehículo cumple los requisitos. Afectará a coches, furgonetas, autocarava­nas, camiones, autobuses y vehículos ligeros de cuatro ruedas si están equipados con funciones de conducción automatiza­da a partir del nivel 3 en la escala de conducción autónoma. También a los remolques si están dotados con, al menos, una unidad de control electrónic­o.

Comprobar que al pulsar el botón las puertas se cierran o se abren. Si no lo hace alguien podría estar inhibiendo la señal

Conectarlo al coche sólo cuando lo necesitemo­s

Cambiar el código de acceso cada cierto tiempo y no compartirl­o

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