ABC (Castilla y León)

Casado: «Hemos llegado a una zona de valle y nos preocupa no seguir bajando»

▶ La próxima semana se generaliza­rá la vacunación de los mayores de 80 años

- MONTSE SERRADOR VALLADOLID

i vivimos en un momento difícil, incierto y desasosega­nte, lo que nos faltaba es que en mitad de esta pandemia los partidos políticos se metieran en la comunidad en una moción de censura. No la va a haber. Es fogueo.

Dijo esta semana la siempre combativa Ana Sánchez que si el PSOE se planteara la moción de censura seria de forma seria y discreta, por lo que en sus palabras se desprende claramente que no están en ello, porque todo lo que hay son palabras y sin discreción de ningún tipo. No hay debate.

Es un hecho que el PSOE ganó las pasadas elecciones en Castilla y León y que no ha asumido el ejercicio democrátic­o de la aritmética parlamenta­ria. Como partido mayoritari­o es lógico que piense antes de finalizar la legislatur­a en una estrategia que le pudiera permitir llegar al poder tomando una iniciativa que incomprens­iblemente no tomó antes de que se alcanzara el acuerdo entre PP y Ciudadanos. Pero para poder presentar la moción necesita, por un lado, que Ciudadanos cambie de criterio y ahora no se ve por ningún lado. O que se rompa el partido y se vayan tres votos que sumen con Podemos y la UPL. La ecuación es compleja y no parece de fácil resolución en este momento. Y no hay que olvidar que, si el calendario avanza demasiado y se aproxima la fecha electoral, el presidente de la comunidad dispone de la capacidad de convocar anticipada­mente las elecciones. Hoy por hoy no veo nada de esto.

La política es siempre imprevisib­le ya que los partidos aplican con mucha frecuencia la célebre frase de Groucho Marx: «Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros». Pero la realidad hoy en día es que no se aprecian fisuras en el pacto PP-Ciudadanos, ni en la sintonía entre Mañueco e Igea y, además, el PSOE en cada aparición pública que realiza, parece que se esfuerza en dinamitar cualquier puente que pudiera haber con la formación centrista y ya no digamos con Igea.

Así las cosas, créanme que a mí lo que realmente me preocupa en estos momentos que no haya más equivocaci­ones en la gestión de la pandemia y, sobre todo, que tengamos una hoja de ruta clara de la vacunación. Que no nos quedemos en la cola vacunando a los mayores de 80 años porque están encerrados en sus casas y que cuando lleguen las vacunas de forma importante, haya una estrategia clara que sortee los corporativ­ismos y se pueda vacunar a todo ritmo. Esto sí que es importante.

SNueva comparecen­cia de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, para dar cuenta de la evolución de la pandemia con una conclusión que se repite desde hace días: baja el número de contagios, también los ingresados en planta, e, incluso, los pacientes de la UCI. Sin embargo, este último número es tan elevado que la Junta se resiste a llevar a cabo medidas de desescalad­a de mayor calado. De ahí que se insista en este argumento —aún cuando los pacientes Covid en la UCI hayan pasado de los 328 el 4 de febrero a los 234 de ayer— para justificar una y otra vez que el alivio de las restriccio­nes tiene que ser «lento y prudente». El objetivo, muy lejano aún, es vaciar las UCI y que al menos bajen hasta los 130 pacientes, concretó Casado. Así que se mostró contundent­e ante la posibilida­d de que las cofradías preparen algún acto público de Semana Santa en el exterior: «No me parece bien; tenemos que evitar cualquier aglomeraci­ón». Y añadió: «No estamos en condicione­s de plantearno­s nada y sí de evitar cualquier manifestac­ión que ayude a un mayor contacto social».

La consejera introdujo ayer un nuevo elemento de inquietud, como es la subida del llamado índice de reproducci­ón del virus que después de días en torno al 0,67 se ha elevado hasta el 0,77. De ahí que, aunque es por encima del uno cuando se enciende la alarma, Casado reconocier­a que «estamos llegando a una zona de valle y nos preocupa no seguir bajando». De hecho, ayer se volvió a producir un repunte en los contagios (una vez pasado el descenso del fin de semana) con 326 casos (el lunes hubo 144) y 21 fallecidos (diez más que la jornada anterior). En este punto, recordó que «hay 60 pacientes críticos más que en la segunda ola», por lo que insistió en la necesidad de «cortar los contagios porque no podemos sumar más ingresos». Matizó, no obstante, que «quiero pensar que no vamos a sufrir una cuarta ola porque vamos a ser prudentes y a tener vacunas suficiente­s».

No habrá reservas

En este sentido, avanzó que esta semana comenzará ya la vacunación de los mayores de 80 años, así como de los dependient­es, de forma que se generaliza­rá a partir de la próxima. En principio, se hará en los centros de salud y puntos fijos (se les citará), aunque no se descarta que también se pueda realizar en algún consultori­o. En todo caso, los equipos de vacunación itinerante­s llegarán hasta los pacientes que no se puedan desplazar. Lo que sí se descarta, según señaló Verónica Casado, son las vacunacion­es masivas «hasta que no haya más vacunas». Tampoco se harán reservas para garantizar que hay suficiente para la segunda dosis. «La estrategia es poner todas las vacunas posibles porque con una ya hay una inmunidad clara», explicó.

De momento, en la Comunidad ya han recibido la pauta completa el 83 por ciento de las personas de centros residencia­les y el 70 por ciento del personal de los sociosanit­arios, tanto los que trabajan en los centros como los que están en los domicilios, así como el 24 por ciento de los más de los 70.000 sanitarios de la Comunidad.

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H. HERAS Verónica Casado, durante la rueda de prensa telemática que ofreció ayer sobre la evolución de la pandemia

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