Castilla y León apuesta por mantener el cierre perimetral de la Comunidad
El plan de la Junta: «Hacer como si no hubiera Semana Santa» ▶
«Básicamente, lo que hay que hacer es como si no hubiera Semana Santa». Por ahí pasa el plan de la Junta de Castilla y León de cara a los días de Pasión. «Es la manera más sencilla de no equivocarse», reconoció ayer su vicepresidente y portavoz, con el debate encima de la mesa sobre cómo afrontar esas jornadas tradicionalmente asociadas a días de celebraciones y vacaciones que llegan de nuevo con la pandemia del Covid-19 encima. Aún sufriendo la experiencia de los efectos de la Navidad y el impulso que supuso para la tercera ola, siguiendo a la segunda que llegó arrastrada por el verano, el portavoz recordó que la Semana Santa suele ir asociada a las vacaciones, lo que genera mayor movilidad y eso deriva en más contagios y... llegaría la cuarta ola del coronavirus.
Así que, «nuestra intención» y consejo es que transcurra «como si no hubiera Semana Santa», incidió Igea. Es lo que han trasladado en el Consejo Interterritorial de Salud del miércoles, en el que el Ministerio de Sanidad se comprometió a fijar, de aquí a dos semanas, criterios comunes para todo el territorio nacional.
Desde la Junta de Castilla y León dan la bienvenida a esta intención, aunque «vamos un poco justos», pues la decisión se acordaría con un margen de apenas dos semanas para los días centrales de la Pasión. Aún así, «creo que vamos por buen camino», valoró Igea, quien apuntó que «para nosotros es más importante llegar a un acuerdo que sacar nuestras propuestas adelante». Unos planteamientos en los que incluyen también «mantener el confinamiento perimetral» de la Comunidad –está aprobado hasta el fin del estado de alarma, 9 de mayo–. «Cero que va a salir adelante» ya que «la mayoría» de las autonomías coinciden, señaló el vicepresidente, aunque insistió en que aceptarían su levantamiento en esos días siempre que «haya criterios uniformes». «La preocupación no pudee ser salvar la Semana Santa, sino salvar el mayor número de vidas posible», recalcó. «No podemos relajarnos y asumir una nueva ola que no traería ningún beneficio para nadie», subrayó.
La evolución de la pandemia sigue presentando una incidencia a la baja, y tanto a siete (83 casos por cada 100.000 habitantes) como a catorce días (212) ha abandonado el nivel de riesgo extremo, aunque sigue siendo alto. Y se ha «enlentecido el ritmo de descenso», precisó Igea, y hay cierta preocupación por el repunte del índice de reproducción del virus –capacidad de contagio a otras personas por cada infectado–, que sigue por debajo del uno que enciende las alertas, pero ha repuntado hasta 0,77 de media en el conjunto de Castilla y León. A la luz de estos indicadores epidemiológicos y también los sanitarios, la Junta decidirá el lunes en un Consejo de Gobierno extraordinario si levanta o flexibiliza algunas de las restricciones impuestas. Aunque Igea no quiso avanzar qué se hará, sí apuntó que la decisión se ceñirá a las medidas que afectan a cierre en interior de la hostelería, centros comerciales y gimnasios.
En los hospitales, ayer por la mañana había ingresados 670 pacientes en planta y 216 en las UCI, donde, pese al descenso de la presión los críticos con Covid-19 representan una ocupación del 40% de las 540 camas habilitadas para intensivos. Además, el coronavirus sumó ayer otros 284 casos en una jornada en la que se notificaron otros 19 fallecimientos en hospitales, y ya se acumulan 5.333 defunciones, y ninguno más en las propias residencias, donde han perecido 1.144 ancianos sin superar el coronavirus.