ABC (Castilla y León)

A LA DERIVA

-

Casado tiene garras de cachorro. No le encuentro otra explicació­n. De otro modo no se entiende el ridículo espantoso que ha hecho durante estos días. Llevaba dos años diciendo que no negociaría la renovación de los órganos institucio­nales si Sánchez no aceptaba sus exigencias. En el caso del CGPJ, estas tres: dejar fuera a Podemos, cambiar el sistema de elección de los vocales y acabar con las puertas giratorias entre la política y la Justicia. Cuando saltó la noticia de que el acuerdo era inminente (la idea original era cerrarlo antes del jueves) a algunos nos dio por pensar que los socialista­s habían aceptado las demandas de los populares. Al menos, alguna. Era lo lógico. ¿Por qué otra razón iba a cambiar de criterio el líder del PP después de haber resistido tanto tiempo sin doblar el brazo? El lunes 22, fuentes próximas a Génova aseguraban que en el listado de nombres que se estaba barajando no figuraba ninguno que pudiera relacionar­se con el partido de Iglesias. La afirmación literal fue así de rotunda: «Podemos no solo no participar­á en las negociacio­nes, sino que, además, tampoco colocará a personas afines en ninguna de las vocalías del Consejo».

El martes 23 le pregunté a un espía paraguayo de máxima solvencia si habría fumata blanca antes del jueves. «Es muy probable», me contestó. Al día siguiente, durante el Pleno en el Congreso de los Diputados, Casado le propuso a Sánchez «ensanchar el espacio de la moderación y hacerlo tan grande como para que ambos podamos ganar dentro de él». El presidente sonrió complacido. El jueves supimos que se había acordado la composició­n del Consejo de Administra­ción de RTVE. Las cosas, al parecer, iban por buen camino.

La letra pequeña de esa noticia, sin embargo, resultaba muy llamativa. En una nota mañanera, el PP afirmaba que la negociació­n había sido cosa de dos. El PSOE, mientras tanto, en otra nota equivalent­e, sostenía que también habían participad­o en ella Podemos y PNV. ¿Quién tenía razón? A la luz de los hechos quedaba claro que el PSOE. Entre los diez consejeros elegidos figuraban el director de Mundo Obrero, el secretario de comunicaci­ón de CC.OO. en Prado del Rey y el director del diario ‘Deia’. Verde y con asas. A partir de entonces la pregunta corrió como la pólvora: ¿cómo es posible que Casado, además de prestarse a un cambalache que manda a pudrir malvas sus promesas de regeneraci­ón política, haya aceptado la presencia de dos candidatos podemitas en la sala de máquinas de la televisión pública? No hubo respuesta. El sentido común llevaba a pensar que había transigido en el reparto de la tarta televisiva –un mal menor– para poder mantener el veto a la gente de Iglesias en el órgano de gobierno de los jueces. ‘Quid pro quo’. El asunto era feo (¿por qué permitir en un sitio lo que resultaba inadmisibl­e en el otro?), pero al menos tenía una lógica perversa. O eso creía yo.

Los ojos se me abrieron como platos cuando supe, la madrugada del viernes, que las negociacio­nes para renovar el CGPJ acababan de saltar por los aires. El PSOE se había empeñado en apadrinar las candidatur­as de Victoria Rosell, exdiputada de Podemos y actual Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género –lo que suponía, de hecho, mandar a la basura dos de las tres condicione­s exigidas por el PP–, y de José Ricardo de Prada, bestia negra de los populares desde que dictó la sentencia que catapultó la moción de censura contra Mariano Rajoy. Para más inri, Sánchez confesó en la rueda de prensa del viernes que no entraba en sus planes modificar el sistema de elección del Consejo. El órdago era inaceptabl­e. A Casado no le quedaba ningún argumento con el que vender ante la opinión pública su inesperado cambio de criterio –uno más– y el PSOE dejaba claro que nunca tuvo el menor interés en facilitar el acuerdo. Enredó al líder de la oposición con RTVE y le dejó en la estacada con el CGPJ. Menudo papelón. Si este es el mejor liderazgo al que puede aspirar la derecha, pincho de tortilla y caña a que no tardaremos en ver cómo se lo meriendan.

Papelón «El PSOE enredó a Casado con RTVE y le dejó en la estacada con el CGPJ»

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain