Génova miró a los nacionalistas
El PP ganó en 1996 con 156 escaños, insuficientes para la investidura de Aznar si no llegaba a algún tipo de acuerdo. Desde la misma noche electoral, se puso la mirada en los nacionalistas: PNV y CiU, y también Coalición Canaria. La negociación con la formación que lideraba Pujol, que había conseguido 16 diputados, derivó en el Pacto del Majestic, por el que apoyarían a Aznar en la investidura a cambio de más competencias para Cataluña. El 4 de mayo, Aznar fue investido presidente con los votos de CiU, PNV y CC. El Pacto del Majestic tuvo consecuencias en la línea política del PP catalán, ya que su presidente, Alejo VidalQuadras, fue relevado por exigencia de Pujol.
Felipe González ya había alcanzado un pacto con los nacionalistas en la legislatura anterior, porque en el 93 no tenía mayoría y consiguió unos números «prácticamente parecidos» a los suyos. Aznar defiende sus acuerdos con Pujol: «Tengo que decir que se produjo para bien». «Ojalá se pudiesen hacer ahora acuerdos parecidos con objetivos comunes como los que se hicieron entonces».
«El acuerdo fue bueno para toda España, y no solo para una parte de España. Algunos no se han enterado de que fue un pacto para toda España y por eso funcionó, y por funcionar bien recogimos los frutos en 2000 con una mayoría absoluta», explica.
El equipo de Aznar vivió aquellas elecciones desde distintas experiencias. Unos saltaron de felicidad y otros se sintieron decepcionados porque esperaban mucho más.
El papel andaluz
Javier Arenas era, en marzo de 1996, senador autonómico por el Parlamento andaluz, pero pronto dejó de serlo porque entró en el primer Gobierno de Aznar, como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Así recuerda la victoria del PP: «Vivimos ese momento con gran alegría, por fin se producía la segunda alternancia. Ya habíamos estado muy cerca del éxito en el 93. En Andalucía, lo vivimos con alegría y resquemor. Ese día hubo elecciones en Andalucía también, el PP había doblado su resultado respecto al 90, pero no pudimos ser la primera fuerza».
Arenas, que era candidato a la Junta, habló esa noche dos o tres veces con Aznar desde Sevilla. «Aznar estaba muy tranquilo, como siempre. Nos felicitó por el trabajo en Andalucía. A partir de ahí se le notaba que tenía el pensamiento puesto ya en la responsabilidad que tenía por delante, con una crisis muy potente y la entrada en el euro en el aire». La del 96 fue una victoria ajustada, «pero sabíamos que íbamos a gobernar, porque siempre había gobernado la fuerza ganadora. Nos quedaban los pactos, con PNV, CiU y Coalición Canaria. Entonces no eran los independentistas de ahora, eran nacionalistas que respetaban la Constitución y no planteaban la ruptura». «El 96 triunfa la estrategia centrista de Aznar. En el 95 el PP ya era un partido de gobierno en muchos ayuntamientos, y eso fue clave para la victoria un año después. Fue un triunfo centrista, todos los que no votaban a la izquierda, votaron al PP», subraya.
Jaime Mayor Oreja fue ministro del Interior en el primer Gobierno de Aznar. Señala que la unidad del centro-derecha, de lo que ha