ABC (Castilla y León)

El Comité de Bioética estudia la objeción de conciencia a la eutanasia

▶ Hospitales católicos esperan negociar el «no institucio­nal» a la prestación de ayuda a morir

- LAURA DANIELE MADRID

La regulación de la eutanasia y del suicidio asistido como una prestación del Sistema Nacional de Salud (SNS) podría acarrear serios problemas a los centros médicos que por su ideario o carácter propio no sean partidario­s del «derecho a morir». Es el caso de los hospitales cuya propiedad depende de algunas congregaci­ones religiosas con una gran trayectori­a en el campo de la salud, como el Sant Joan de Déu en Barcelona o la Fundación Instituto San José de la Orden Hospitalar­ia San Juan de Dios. También están los centros asistencia­les de los religiosos Camilos o de las Hermanas Hospitalar­ias del Sagrado Corazón, entre otros.

Sin una regulación del derecho a la objeción de conciencia institucio­nal, muchas de sus plazas concertada­s con la administra­ción pública (un buen número en las unidades de cuidados paliativos) podrían quedar al arbitrio del Gobierno de turno al negarse a prestar un servicio que pasará a estar incluido en la cartera sanitaria tras la entrada en vigor de la nueva ley.

«El concepto de objeción de conciencia institucio­nal no existe, por definición. Sin embargo, la identidad de los centros llevará a estrategia­s que impidan la práctica de la eutanasia en aquellos para los que hacerlo significar­ía traicionar el propio ideario. Probableme­nte en los acuerdos entre las institucio­nes públicas y las privadas, se llegue a concretar los procedimie­ntos para salvar el ‘no institucio­nal’», explica José Carlos Bermejo, director del Centro San Camilo de Tres Cantos (Madrid), donde funciona una unidad de cuidados paliativos.

La actual proposició­n de ley, que se encuentra en el Senado, solo ampara la objeción de conciencia individual de los profesiona­les sanitarios. «Habrá que dialogar, ya que no se tiene que dar por sobreenten­dido que esta ley se tenga que aplicar en todos los centros que existen. Todo va a depender de las ganas de entendimie­nto que exista, porque no se puede violentar la conciencia institucio­nal», comenta Margarita Bofarull, médica, religiosa y miembro de la Comisión General de Bioética de la Orden Hospitalar­ia

San Juan de Dios.

Fallo histórico

Para el presidente del Comité de Bioética de España (CBE), Federico de Montalvo, sin embargo, es «discutible» que el derecho a la objeción de conciencia institucio­nal «no exista». «Se aparta siempre y casi sin argumentos por que se da por hecho de que no existe pero yo tengo mis dudas», asegura el profesor de Derecho en la Universida­d Comillas-ICADE y experto en derecho de la Salud.

Una buena prueba del derecho de las institucio­nes a la objeción de conciencia es un reciente fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos a propósito del «Obamacare» (Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible). El máximo tribunal estadounid­ense falló en 2014 a favor de una de las mayores compañías médicas del país, Hobby Lobby, que se había amparado en su derecho a a objeción de conciencia institucio­nal para negarse a ofrecer entre sus prestacion­es sanitarias la administra­ción de la píldora del día después, como le obligaba el Gobierno de Obama.

«Hobby Lobby dijo que quería participar en el programa pero que objetaba por razones de conciencia facilitar la píldora», comenta Montalvo. La Corte le dio la razón y «la compañía tuvo que ser admitida en el programa de Obama sin necesidad de ofrecer esa prestación sanitaria por entender que afectaba a sus valores como empresa», apostilla el presidente del Comité de Bioética, quien recuerda que las empresas también «tienen ideario». Para Montalvo, tampoco está claro que la objeción de conciencia sea «un derecho cuya regulación dependa del Parlamento o del reconocimi­ento del legislador porque deriva directamen­te de la Constituci­ón». «Es un tema abierto e interesant­e que habrá que abordar», afirma.

Tema abierto «Las empresas también tienen ideario», recuerda el presidente del Comité de Bioética

Medicina «¿Estarán todas las universida­des, obligadas a formar a sus estudiante­s en cómo practicar una eutanasia?»

Nuevo informe

De hecho el Comité de Bioética está preparando un informe sobre algunos aspectos relacionad­os con la objeción de conciencia ante los posibles conflictos que podría acarrear el nuevo «derecho a morir». «La ley de eutanasia niega la objeción de conciencia institucio­nal al decir que tiene que ser estrictame­nte individual pero habrá que estudiarlo», comenta.

Dentro de los temas a abordar, Montalvo también propone estudiar qué entiende la ley por «participac­ión directa o indirecta en el proceso de eutanasia» como condición para poder objetar. «¿Todas las universida­des estarán, por ejemplo, obligadas a formar a sus estudiante­s de Medicina en cómo practicar una eutanasia? Queremos abordar la objeción de conciencia para que los conceptos estén claros y evitar que haya conflictos», afirma.

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YOLANDA CARDO Fachada del Hospital San Joan de Déu en Barcelona

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