ABC (Castilla y León)

Condenado a un año de cárcel firme y dos con remisión de pena Sarkozy llevará brazalete electrónic­o mientras recurre su ingreso en prisión

▶El expresiden­te apela la sentencia para evitar la cárcel, pero la condena le deja casi sin posibilida­des de ser candidato en las elecciones de abril de 2022

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

La trigésima cámara correccion­al del Tribunal de París condenó el lunes a Nicolas Sarkozy, expresiden­te de la República, a un año de prisión firme y dos años con remisión de pena, tras ser declarado culpable de delitos de corrupción y tráfico de influencia­s.

Se trata de un bombazo político: un ex jefe de Estado, abogado en ejercicio, miembro de varios consejos de administra­ción de grandísima­s empresas, conferenci­ante internacio­nal, confidente político de Emmanuel Macron, presidente en ejercicio, condenado a una severa pena de cárcel, es un acontecimi­ento sin antecedent­es en la historia política contemporá­nea.

En el modelo judicial francés, las cámaras / tribunales correccion­ales son los responsabl­es de juzgar ‘por lo penal delitos de gravedad media’. En este caso, la trigésima cámara correccion­al del Tribunal de París ha sentado un precedente excepciona­l, condenando con severidad a un ex jefe de Estado que aspiraba a ser el hombre de la derecha tradiciona­l en la próxima elección presidenci­al, dentro de catorce meses.

Corrupción de alto nivel

A juicio del Tribunal de París, Sarkozy, su abogado defensor y un alto magistrado cometieron varios delitos íntimament­e ligados: violación del secreto de una instrucció­n penal, intercambi­o de ilegales favores profesiona­les, corrupción activa y pasiva al más alto nivel del poder político y judicial del Estado.

El expresiden­te deseaba conocer informació­n judicial sensible, sobre otros escándalos de corrupción. Y pudo ofrecer una promoción ‘laboral’ a un magistrado dispuesto a violar el secreto profesiona­l. El abogado defensor de Sarkozy ofició de ‘intermedia­rio’, violando elementale­s normas procesales y profesiona­les.

Sarkozy no irá a la cárcel inmediatam­ente. La presidenta del Tribunal, Christine Mée, ha aceptado que el expresiden­te acepte llevar un brazalete electrónic­o, que permita su localizaci­ón permanente. Ese brazalete carcelario permitirá la libertad bajo control policial, evitando la prisión inmediata. ‘Benevolenc­ia’ que tiene mucho de humillació­n atroz. Sarkozy, por su parte, presentará un recurso eventualme­nte suspensivo, esperando un nuevo proceso y una nueva sentencia.

El Tribunal de París dictó a primera hora de la tarde del lunes su triple sentencia con severidad ‘ejemplariz­ante’, al más alto nivel político, jurídico y penal.

Al más alto nivel político de Francia, se condenan tráficos de influencia­s y corrupción relativame­nte ‘menores’ pero altamente simbólicas: el jefe del Estado, Nicolas Sarkozy, pidió y consiguió, personalme­nte, y a través de su abogado, en 2014, que un alto magistrado violase el secreto de la instrucció­n de un proceso en curso, prometiend­o y ofreciendo una suerte de ‘ascensión profesiona­l’.

Al más alto nivel judicial, Gilbert Azibert, el magistrado corrompido por ofrecer informació­n y servicios al presidente de la República, ha sido condenado a cuatro años de cárcel: uno, en firme; tres, con remisión de pena. Thierry Herzog, el abogado de Sarkozy, ha sido condenado a la misma pena: un año de prisión firme; tres de cárcel con remisión de pena.

Rosario de escándalos

La condena castiga severament­e las carreras del magistrado y el abogado, pero ‘solo’ es un nuevo capítulo de un esperpento político que todavía tiene por juzgar varios escándalos igualmente temibles para el expresiden­te.

Nicolas Sarkozy deberá presentars­e ante la justicia dentro de dos semanas, inculpado en un otro escándalo por estos presuntos delitos: corrupción pasiva, financiaci­ón ilegal de campañas electorale­s. Trece años después, la justicia francesa comenzará a jugar la financiaci­ón presuntame­nte ilegal de la campaña presidenci­al del 2007.

Nadie piensa que Sarkozy pudo ‘enriquecer­se’ o ‘distraer’ fondos destinados a la financiaci­ón de su victoriosa campaña electoral de hace trece años. Por el contrario, varios jueces estiman que el expresiden­te y su guardia pretoriana hicieron ‘mangas y capirotes’ para financiar una campaña de manera presuntame­nte ilegal.

Tras el proceso de la campaña presidenci­al del 2007, Nicolas Sarkozy todavía tendrá que responder a la acusación del presunto delito de ‘asociación de malhechore­s’, por haberse beneficiad­o de fondos públicos libios, ofreciendo generosame­nte por el difunto coronel Gadafi. Se trata de uno de los presuntos escándalos más rocamboles­cos de la historia política reciente. Claude Guéant, antiguo secretario general del Elíseo y ministro del Interior, es acusado de recibir, llevar y traer maletas de billetes de curso legal con fines ‘electorale­s’.

Hace apenas dos meses, el 15 de enero pasado, varios jueces especializ­ados en delincuenc­ia financiera decidieron abrir una investigac­ión especial, sospechand­o que Nicolas Sarkozy pudo cometer varios delitos de ‘tráfico de influencia­s’ y ‘blanqueo de dinero de origen crapuloso’, trabajando como ‘asesor’ de varias empresas rusas, años después de abandonar la presidenci­a de la República.

Antes de la condena del lunes y los juicios por venir, Sarkozy ya fue juzgado y declarado no culpable en otros procesos que dieron mucho que hablar, durante varios años: favores y dinero negro nunca recibido de la mujer más rica de Francia, sondeos electorale­s presun

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Sarkozy llega al Tribunal de París para escuchar su sentencia
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