Muchos locales vetan a la presidenta con carteles que recuerdan su derecho de admisión
Armengol, persona ‘non grata’ en los bares de Mallorca ▶
pañeras no tiene ni idea de cuándo será su turno para recibir la inmunización.
Con la falta de un calendario definido de vacunación y la lenta desescalada pautada por el Gobierno balear, las ‘kellys’ dan por perdida la campaña de Semana Santa, pero aún confían en que el mercado turístico se «abra en verano». «Nuestros jefes dicen que esperan empezar en junio», cruza los dedos García, aunque cree que sólo abrirá el 30 o 40% de la planta hotelera de las islas, como ocurrió el año pasado.
«Eso significa que los empresarios tendrán menos dinero, por lo tanto, contratarán menos gente y trabajaremos más».
SOS por el turismo
El litoral mallorquín está plagado de pancartas que rezan ‘SOS. Turismo en las fachadas de los edificios’. Las ‘kellys’ se suman a ese grito desesperado: «Queremos trabajar» pero, ojo, no quieren pagar la crisis. Temen que el coronavirus sea la puntilla a un trabajo ya precarizado con plantillas ajustadas y, en ocasiones, asumiendo jornadas de siete horas y un solo día libre «para ahorrar personal o aceptando trabajos a dos euros la hora», denuncia la presidenta de las ‘kellys’ en Baleares.
Mientras Rosa lleva en el paro un año largo, Sara trabajó el verano de 2020 con más carga de trabajo: «Cada día había que ponerse el turbopropulsor», asumiendo hasta 30 habitaciones, más las salidas de los clientes a razón de 45 minutos cada una. «No teníamos tiempo para ir al baño, no bebíamos agua para no ir al aseo, no comíamos porque no daba tiempo; al final regalamos horas extra porque no cabía en nuestras conciencias dejarnos alguna habitación sin desinfectar».
Cada vez es más difícil ser ‘kelly’. «Aquí ninguna entra porque le guste este trabajo», remarcan. La mayoría de chicas prefiere los comedores porque no requiere un esfuerzo tan físico. «Pero cuando eres madre le ves la ventaja del horario de mañana para conciliar», reconocen miembros de este colectivo, compuesto en su mayoría por madres, de más de 40 años, con familias monomarentales y con un alto porcentaje de inmigrantes.
250.000 camareras Cada verano, 250.000 camareras de piso cubren la demanda de los destinos turísticos
Precariedad y externalización Su precaria situación las llevó a La Moncloa en 2018, pero ahora ha terminado por descarrilar
Crisis del coronavirus
Los bares y restaurantes de Mallorca abren este martes después de casi dos meses cerrados, pero la presidenta de Baleares, Francina Armengol, no podrá sentarse en algunas terrazas. Y es que varios locales de las islas están decididos a ejercer su derecho de admisión y negarán la entrada a la jefa del Ejecutivo balear.
Lo que empezó como una protesta simpática en forma de ‘meme’ a través de las redes sociales se ha convertido en carteles con la imagen de la líder socialista colocados en varios locales mallorquines. El veto, promovido por el movimiento La Resistencia Balear, se extiende a los consejeros de Modelo Económico,
Iago Negueruela; la consejera de Salud, Patricia Gómez, y el alcalde de Palma, el socialista José Hila, ante el descontento del colectivo, que lleva meses reclamando ayudas para el sector.
«Estos políticos están tomando decisiones en contra de nuestros derechos y no quieren reunirse con nosotros para exponerles nuestras demandas. Si ellos no nos reciben a nosotros, nosotros tampoco los queremos recibir a ellos», explica Víctor
Sánchez, presidente de La Resistencia Balear, quien se ha convertido en el azote del Gobierno tripartito de PSOE, Unidas Podemos y los nacionalistas de Més en los últimos meses, convocando hasta cuatro manifestaciones contra el cierre de la hostelería.
Sánchez ha liderado tres manifestaciones multitudinarias no autorizadas por la Delegación del Gobierno, por lo que fue sancionado con fuertes multas que le han «arruinado la vida» y traspasa su restaurante en Palma. Este lunes, festividad de las Islas Baleares, volvió a agitar las calles –esta vez con autorizaciónaunque la protesta fue «descafeinada» y congregó apenas 300 personas –según la organización–, entre las cuales se ha colado un grupo de falangistas «que no era bien recibido», ha relatado el propio Sánchez.
Un 15% con terraza
El Ejecutivo de Armengol ha autorizado la apertura de las terrazas de los bares y restaurantes de Mallorca a partir de hoy hasta las 17.15 horas y con el 50 por ciento de aforo, pero muchos establecimientos no podrán hacerlo porque no tienen terrazas o porque no sale a cuenta con los interiores cerrados al público. Se calcula que, desde el inicio de la pandemia, solo en Palma se han perdido una de cada tres licencias y de las 2.000 licencias que hay en la capital balear, sólo el 15 por ciento tiene terraza.