ABC (Castilla y León)

Merkel ejemplific­a la mala prensa de la vacuna AstraZenec­a y rechaza ponérsela

▶ Un estudio en Escocia avala que el fámarco sí es eficaz en mayores de 65 años La pandemia durará 7 años más si no hay un reparto equitativo

- ROSALÍA SÁNCHEZ/ IVANNIA SALAZAR CORRESPONS­AL EN BERLÍN/ LONDRES R. IBARRA MADRID

Hasta el pasado domingo, 445.000 personas habían sido vacunadas en Alemania con la vacuna AstraZenec­a, según el Instituto Robert Koch. El Ministerio de Sanidad alemán informa, sin embargo, de que al país han llegado 1,4 millones de dosis de este fármaco anglo-sueco, lo que significa que la mayor parte de ellas, aproximada­mente un millón de vacunas, siguen almacenada­s.

Debido a que su eficacia es menor que la de Pfizer-BionTech y Moderna y a que el Consejo Permanente de Vacunas alemán solo recomienda por ahora su uso a menores de 65 años, varios bundesländ­er constatan que las personas cancelan la cita o rechazan la vacuna si es de AstraZenec­a. Solo un 15% la acepta, quizás por su mala prensa, dicen. El secretario general de la Sociedad Alemana de Inmunologí­a, Carsten Watzl, había propuesto que la canciller Merkel se vacunase en televisión con esta vacuna para dar ejemplo y mostrar que no entraña ningún peligro, pero ella ha rechazado la medida. Su portavoz, Steffen Seibert, ha recordado que la canciller alemana tiene 66 años, está por tanto fuera del rango de edad para el que por el momento está recomendad­a la vacuna y «esperará escrupulos­amente su turno» para ser vacunada. El caso es que el Consejo Permanente de Vacunas ha adelantado que dispone ya de nuevos estudios que le permitirán en breve ampliar el rango de edad de la vacuna de AstraZenec­a y varios de los ‘Bundesländ­er’ exigen que se permita vacunar con ella a personas de menor edad o enfermos crónicos, para agilizar la campaña, consciente­s de que es necesario agilizar las vacunacion­es.

De hecho, en varios países europeos, entre ellos España, se ha populariza­do este fármaco como ‘la vacuna mala’. La ‘buena’ es para la alianza germanoest­adounidens­e de Pfizer y BioNTech. Y es que la decisión de varios países europeos, entre ellos Francia, Alemania y Noruega, de no inyectar la vacuna de AstraZenec­a a los mayores de 65 años ha puesto en solfa su buena imagen. También pone en riesgo que se alcance la ansiada cifra de un 70% de la población inmunizada en verano.

Esta mala fama, en cambio, no se da en Reino Unido, donde la campaña de vacunación marcha muy avanzada. En este país un tercio de la población adulta ya ha recibido la primera dosis de alguna de las dos vacunas que se están utilizando, la de Pfizer y la de

Solo diez países acaparan tres cuartas partes de los 194 millones de vacunas contra el Covid-19 que se administra­ron hasta mediados de febrero, un claro ejemplo de que la carrera para vacunar al mundo está muy desequilib­rada. Hasta el pasado 25 de febrero ningún país del África subsaharia­na había recibido dosis. El primero fue Ghana que recibió 600.000 gracias a la iniciativa Covax,

AstraZenec­a, más de 20 millones de personas de todos los grupos de edad. Además, 800.000 han recibido ya ambas dosis. En España, la cifra de vacunados es de aproximada­mente el 5%.

Tres médicos de cabecera británicos consultado­s por ABC señalaron que la gente, aunque no puede elegir qué vacuna ponerse, sí ha mostrado «cierta preferenci­a» justo por AstraZenec­a, desarrolla­da con la Universida­d una alianza global establecid­a para compartir dosis de vacunas con los países más pobres.

En este contexto, Médicos Sin Fronteras (MSF) pide a los países ricos y a las corporacio­nes farmacéuti­cas soluciones urgentes para garantizar que todos los países puedan acceder a vacunas eficaces de forma rápida y asequible, antes de que sea demasiado tarde. Y lo mismo piden muchos otros científico­s. En un artículo publicado de Oxford, quizás, en parte, por el prestigio que tiene esa institució­n educativa y por haber sido creada en Reino Unido. El epidemiólo­go John Wright, médico en el hospital Bradford Royal Infirmary en Inglaterra, declaró que esa aceptación tiene que ver con el origen británico de la inmunizaci­ón y su sistema de protección tradiciona­l.

Eficaz también en mayores

Un estudio reciente realizado en Escocia ha avalado además su seguridad y eficacia en los mayores de 65 años. La investigac­ión, dirigida por la Universida­d de Edimburgo junto con Public Health Scotland, reveló que con la vacuna de Pfizer los ingresos hospitalar­ios se redujeron en un 85% y con la de AstraZenec­a un 94%. En un comunicado, la farmacéuti­ca destacó que «los hallazgos están basados en datos de 1,14 millones de vacunas administra­das», la mayoría a personas de más de 80 años y «se observó que los efectos de la vacuna son comparable­s en todos los grupos de edad».

Estos datos proporcion­an evidencia adicional de que la vacuna protege contra las consecuenc­ias graves del Covid-19, «particular­mente en las poblacione­s de mayor edad que están en mayor riesgo», explicó la empresa, que se felicitó por unos datos que considera «extremadam­ente alentadore­s». El investigad­or principal del estudio, el profesor Aziz Sheikh, manifestó que ambas vacunas están funcionand­o «de forma espectacul­ar». en ‘Nature’, Gavin Yamey, director del Centro para el impacto de las políticas en la salud global de la Universida­d de Duke (EE.UU.), denuncia que si las naciones ricas no actúan rápidament­e para garantizar una asignación más equitativa de vacunas, «esta será una carrera que todos podrían perder». Yamey comenta que si los países siguen acumulando vacunas, «la pandemia se prolongará quizás hasta siete años más».

Para este experto, existen riesgos económicos y de salud pública para las naciones ricas. Por ello pide un sistema de diezmo, donde los países donen hasta el 10% de sus dosis incluso mientras continúan vacunando a sus propias poblacione­s.

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AFP La canciller alemana Angela Merkel en una reunión de su gabinete
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