Quiñones rechaza los «cuentos» del «ecologismo de asfalto» sobre el lobo
▶ Ve en el cambio de estatus que prevé el Gobierno «un ataque a nuestra forma de vida»
El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, dio ayer su apoyo expreso a las movilizaciones anunciadas por las organizaciones profesionales agrarias ante el cambio de estatus en la gestión del lobo y lamentó el ataque «del ecologismo de asfalto» que supondrá la prohibición de la caza del cánido al norte del Duero al pasar a estar catalogado como especie de especial protección en España. Suárez Quiñones indicó que el Gobierno regional apoya «plenamente» las manifestaciones que convoquen Asaja, UPA, COAG y UCCL por este motivo siempre y cuando se desarrollen «con el debido respeto» y el cumplimiento de las normas.
Recordó que en la Comunidad las poblaciones de la especie se han gestionado «con sensatez, control administrativo y técnico» al norte del Duero y eso llevó a incrementar de 400 a unos 2.000 los ejemplares de la especie en Castilla y León. Además, según expuso, donde el lobo se puede cazar se contabilizan el 80% de los ejemplares de lobo ibérico de Castilla y León y en cambio únicamente causan el 20 por ciento de los ataques a la ganadería registrados en la Comunidad. En base a ello, calificó de «tipo ideológico, dogmático» la argumentación para cambiar la protección del lobo. «Que no nos vengan con cuentos, esto es un ataque a nuestro medio rural, a la ganadería, a nuestra forma de vida y no vamos a admitir imposiciones de lo urbanita, del ecologismo de asfalto, para acabar con el medio rural», advirtió el consejero. En ese contexto, recordó que la misma posición la mantienen las comunidades autónomas con más población lobera, como Galicia, Asturias y Cantabria, y todas ellas han instado a la convocatoria de una Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, al considerar que debería ser el órgano que debería haber acordado la medida.
Casado tampoco explica qué quiere que sea este PP a partir de ahora cuando estrene sede y carezca de historia
Rehabitare en Zamora
Suárez Quiñones hizo esta reflexión a preguntas de los periodistas durante la firma con la Diputación de Zamora de un convenio para potenciar el programa Rehabitare y el acondicionamiento de vivienda de alquiler social en el medio rural zamorano. El convenio sumará ocho casas más de titularidad municipal que se rehabilitarán en los próximos tres años en pueblos de menos de 5.000 habitantes de la provincia, a las que se añaden otras 18 que la Junta acometerá con fondos propios. De esta forma, entre 2021 y 2023 se acondicionarán 26 viviendas sin uso que antes eran casas de médicos, de maestros o cuarteles.
Aznar siempre lleva bigote. Tiene bigote hasta con mascarilla. Sucede con el expresidente como con el logotipo del PP, que siempre tendrá una gaviota incluso después de que decidieran borrar el presunto charrán que sobrevolaba sus siglas. El PP de José María Aznar volvió este domingo a la televisión como si nunca se hubiera ido aquel partido férreo como para que no se descolgara un Vox por la derecha y tan pragmático como para ser el Ciudadanos de antes de Ciudadanos. Ese Partido Popular de las mayorías, que nadie sabe si es de lo que huye Pablo Casado o a lo que quisiera volver a abrazarse. El aznarismo jamás pide perdón aunque lo sienta mucho. Ese de la mentira de las Azores, de la boda en El Escorial como pasarela de la corrupción y del milagro económico de Rodrigo Rato ahora en libertad con pulsera telemática.
Nadie sabe si Pablo Casado reivindica romper con aquel PP o solo con el de Rajoy, si es que logran convencernos de que no son lo mismo «los hilillos de plastilina» que soltaba el Prestige que el marianismo de «no se votará el 1-O en Cataluña». Si eso también se quedará pegado a las paredes y el balcón de Génova. El enésimo regreso de Aznar es calculado e inoportuno, como siempre. Justo en el peor momento del PP, con un líder herido y desorientado y comenzando un nuevo ciclo de congresos. Los populares se juegan en los próximos meses su futuro al decidir el poder territorial que marcará, quiera o no, la estrategia de la dirección nacional. El problema actual del PP es que hay varios PPs lo que rompe la virtud de mostrarse cohesionado ante la opinión pública que casi siempre ha tenido el partido. Aznar nos recuerda que el PP también practicó el cesarismo de Sánchez, de Rivera y Arrimadas o de Iglesias.
Casado sigue sin explicar qué es pasar página. Él que fue jefe de gabinete del gobierno de Aznar y vicesecretario de comunicación con Rajoy. Tampoco explica qué quiere que sea este PP a partir de ahora cuando estrene sede y carezca de historia. Hasta en la penumbra de esa entrevista Aznar sigue haciendo sombra. Hasta callado en el PP se sigue escuchando su risa inquietante de villano de Marvel.