ABC (Castilla y León)

Quiñones rechaza los «cuentos» del «ecologismo de asfalto» sobre el lobo

▶ Ve en el cambio de estatus que prevé el Gobierno «un ataque a nuestra forma de vida»

- ALBERTO FERRERAS ZAMORA

El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, dio ayer su apoyo expreso a las movilizaci­ones anunciadas por las organizaci­ones profesiona­les agrarias ante el cambio de estatus en la gestión del lobo y lamentó el ataque «del ecologismo de asfalto» que supondrá la prohibició­n de la caza del cánido al norte del Duero al pasar a estar catalogado como especie de especial protección en España. Suárez Quiñones indicó que el Gobierno regional apoya «plenamente» las manifestac­iones que convoquen Asaja, UPA, COAG y UCCL por este motivo siempre y cuando se desarrolle­n «con el debido respeto» y el cumplimien­to de las normas.

Recordó que en la Comunidad las poblacione­s de la especie se han gestionado «con sensatez, control administra­tivo y técnico» al norte del Duero y eso llevó a incrementa­r de 400 a unos 2.000 los ejemplares de la especie en Castilla y León. Además, según expuso, donde el lobo se puede cazar se contabiliz­an el 80% de los ejemplares de lobo ibérico de Castilla y León y en cambio únicamente causan el 20 por ciento de los ataques a la ganadería registrado­s en la Comunidad. En base a ello, calificó de «tipo ideológico, dogmático» la argumentac­ión para cambiar la protección del lobo. «Que no nos vengan con cuentos, esto es un ataque a nuestro medio rural, a la ganadería, a nuestra forma de vida y no vamos a admitir imposicion­es de lo urbanita, del ecologismo de asfalto, para acabar con el medio rural», advirtió el consejero. En ese contexto, recordó que la misma posición la mantienen las comunidade­s autónomas con más población lobera, como Galicia, Asturias y Cantabria, y todas ellas han instado a la convocator­ia de una Conferenci­a Sectorial de Medio Ambiente, al considerar que debería ser el órgano que debería haber acordado la medida.

Casado tampoco explica qué quiere que sea este PP a partir de ahora cuando estrene sede y carezca de historia

Rehabitare en Zamora

Suárez Quiñones hizo esta reflexión a preguntas de los periodista­s durante la firma con la Diputación de Zamora de un convenio para potenciar el programa Rehabitare y el acondicion­amiento de vivienda de alquiler social en el medio rural zamorano. El convenio sumará ocho casas más de titularida­d municipal que se rehabilita­rán en los próximos tres años en pueblos de menos de 5.000 habitantes de la provincia, a las que se añaden otras 18 que la Junta acometerá con fondos propios. De esta forma, entre 2021 y 2023 se acondicion­arán 26 viviendas sin uso que antes eran casas de médicos, de maestros o cuarteles.

Aznar siempre lleva bigote. Tiene bigote hasta con mascarilla. Sucede con el expresiden­te como con el logotipo del PP, que siempre tendrá una gaviota incluso después de que decidieran borrar el presunto charrán que sobrevolab­a sus siglas. El PP de José María Aznar volvió este domingo a la televisión como si nunca se hubiera ido aquel partido férreo como para que no se descolgara un Vox por la derecha y tan pragmático como para ser el Ciudadanos de antes de Ciudadanos. Ese Partido Popular de las mayorías, que nadie sabe si es de lo que huye Pablo Casado o a lo que quisiera volver a abrazarse. El aznarismo jamás pide perdón aunque lo sienta mucho. Ese de la mentira de las Azores, de la boda en El Escorial como pasarela de la corrupción y del milagro económico de Rodrigo Rato ahora en libertad con pulsera telemática.

Nadie sabe si Pablo Casado reivindica romper con aquel PP o solo con el de Rajoy, si es que logran convencern­os de que no son lo mismo «los hilillos de plastilina» que soltaba el Prestige que el marianismo de «no se votará el 1-O en Cataluña». Si eso también se quedará pegado a las paredes y el balcón de Génova. El enésimo regreso de Aznar es calculado e inoportuno, como siempre. Justo en el peor momento del PP, con un líder herido y desorienta­do y comenzando un nuevo ciclo de congresos. Los populares se juegan en los próximos meses su futuro al decidir el poder territoria­l que marcará, quiera o no, la estrategia de la dirección nacional. El problema actual del PP es que hay varios PPs lo que rompe la virtud de mostrarse cohesionad­o ante la opinión pública que casi siempre ha tenido el partido. Aznar nos recuerda que el PP también practicó el cesarismo de Sánchez, de Rivera y Arrimadas o de Iglesias.

Casado sigue sin explicar qué es pasar página. Él que fue jefe de gabinete del gobierno de Aznar y vicesecret­ario de comunicaci­ón con Rajoy. Tampoco explica qué quiere que sea este PP a partir de ahora cuando estrene sede y carezca de historia. Hasta en la penumbra de esa entrevista Aznar sigue haciendo sombra. Hasta callado en el PP se sigue escuchando su risa inquietant­e de villano de Marvel.

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ICAL Suárez-Quiñones y Requejo, ayer en la Diputación de Zamora

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