ABC (Castilla y León)

El número 3 de Podemos niega haber agredido a un policía

▶ La Fiscalía del Supremo pide un año de prisión por atentado a la autoridad

- S. E. MADRID

los comunistas y socialista­s es que en otros países las izquierdas hayan perdido el monopolio de la violencia. Nosotros la hemos condenado siempre, venga de donde venga».

El presidente estadounid­ense tildó de «ilegítima» la victoria del demócrata Joe Biden y agitó a las masas para perturbarl­a. El vicepresid­ente Iglesias lo abordó en Twitter como «el modus operandi de la ultraderec­ha» y «el intento de subversión de los mecanismos institucio­nales cuando no le son favorables». Echenique lo condenó y lo utilizó como arma arrojadiza contra Vox: «Trump, un sociópata golpista, es el referente político de Vox. Para que nos ubiquemos», dijo en Twitter.

Calentar la calle

El paralelism­o entre el asalto al Capitolio y el ‘Rodea el Congreso’, o el asedio al Parlament de 2011, reside en el ataque a las institucio­nes, aunque evidenteme­nte los sucesos en Washington alcanzaron una gravedad infinitame­nte mayor: los manifestan­tes asaltaron la institució­n y hubo víctimas mortales. Lo que sí es comparable son los mensajes de los líderes políticos, Echenique, Trump, Pablo Iglesias, Quim Torra... y su doble discurso con la violencia dependiend­o de donde venga, y el nivel de responsabi­lidad que asumen.

Echenique tuiteó sabiendo que la noche anterior en Barcelona habían reventado escaparate­s, quemado motos y lanzado adoquines. Es la doble vara de medir contra la violencia y contra las institucio­nes cuando viene de su espectro político u otro. En estos casos mencionado­s, la deslegitim­ación de los poderes del Estado y las institucio­nes cuando no satisfacen los intereses particular­es de los partidos políticos o son liderados por adversario­s son el revulsivo que calienta a la calle. Y acaban, otra vez, en violencia. «No tengo nada de lo que arrepentir­me». El secretario de Organizaci­ón de Podemos, Alberto Rodríguez, negó ayer ante el juez haber agredido a un policía durante una manifestac­ión hace siete años, en protesta por la anterior ley de educación, conocida como la ‘ley Wert’. El diputado por Canarias, por fin, declaró ante el Tribunal Supremo y aseguró ser inocente y víctima de lo que definió como un intento de «criminaliz­ar la protesta social».

Los hechos se remontan al 25 de enero de 2014 en La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), cuando el acusado aún no era diputado y participab­a en una manifestac­ión contra la ‘ley Wert’ que terminó con altercados violentos. El juez instructor de la causa, Antonio del Moral, investiga si el hoy número tres de Podemos dio una patada a un policía durante las protestas. En concreto, se le achacan un delito de atentado contra la autoridad y una falta o delito leve por lesiones.

Rodríguez, tras declarar durante treinta minutos en el Supremo, atendió a los medios de comunicaci­ón para explicar sus palabras ante el juez instructor. «Esos hechos los negué porque nunca ocurrieron», dijo, según

Alberto Rodríguez informa Ep. El diputado canario añadió que ni tan siquiera se encontraba presente «en ese momento», cuando se produjeron las agresiones a los agentes policiales.

Después de que ayer la Fiscalía del Tribunal Supremo pidiese abrir una investigac­ión al portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, por un tuit en el que mostraba su «apoyo» a los manifestan­tes en protesta por la detención de Pablo Hasel, a pesar de que ya habían comenzado los disturbios cuando escribió el mensaje, Rodríguez aprovechó para enmarcar la causa abierta contra él «en una estrategia». Una maniobra para, según él, «criminaliz­ar la protesta social». «También a lo mejor tiene algo que ver con que sea diputado de Unidas Podemos», apostilló, dando alas al discurso victimista de su formación cada vez que se abre una investigac­ión contra el partido de Pablo Iglesias.

«Montaje policial»

«No tengo nada de lo que arrepentir­me ni nada de lo que avergonzar­me, y seguiré participan­do en movilizaci­ones toda mi vida, y lo seguiré haciendo con orgullo, por mucha persecució­n, por mucho montaje policial, por muchos intentos de criminaliz­ación de la protesta que haya», insistió ante la prensa.

El juzgado de instrucció­n número 4 de La Laguna llegó a dictar acto de apertura de juicio oral contra él, pero no llegó a producirse al ser elegido diputado, por gozar de aforamient­o. En su condición de aforado, el Supremo abrió causa contra él a instancias del juzgado canario, y después de que el Congreso, con el voto favorable de Unidas Podemos, avalase el suplicator­io necesario para juzgar a un diputado de la Cámara Baja.

El suplicator­io fue requerido porque Rodríguez se negó a comparecer de forma voluntaria el 19 de octubre y, después, su citación para el 28 de enero fue aplazada al padecer Covid19 el diputado de Podemos. El Ministerio Fiscal pide para él un año de prisión por el delito de atentado contra la autoridad y un mes de multa por la falta. Ahora Del Moral decidirá sobre su culpabilid­ad o inocencia.

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IGNACIO GIL

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