Diputados
que no se arrepientan el 5 de mayo de no haber ido a votar y de que Cs no esté en el Gobierno regional.
Las críticas a Vox y a Podemos, compartidas, fueron constantes. Pero también al candidato socialista, Ángel Gabilondo, con quien Bal ha descartado gobernar a lo largo de esta campaña por su dependencia de Pablo Iglesias. Frente a quienes lanzan piedras e insultan, clamó Arrimadas, habrá mañana «un grito cívico» en las urnas de quienes combaten «el odio» y el «veneno».
El candidato de Cs, recibido con entusiastas gritos de «presidente», culminó su campaña, muy aplaudida internamente, con un mensaje para los votantes moderados: «Han querido enfrentarnos y no nos van a ganar (...). Somos más, somos mayoría, ¡vamos Ciudadanos!».
En el mitin hubo dos momentos de máxima emoción, cuando Villacís agradeció a Ignacio Aguado, con un nudo en la garganta, sus años al frente del partido en la Comunidad de Madrid, y también cuando Bal recordó a su compañero Joan Mesquida, fallecido el año pasado.
Tras quince días remando contra los sondeos, que auguran la caída de Cs de la Asamblea regional, en el partido coinciden en dos cuestiones: máxima satisfacción con la campaña y con la labor de Bal. Ahora, su futuro queda en manos de los madrileños.
Cs, después de los 26 diputados en 2019, aspira ahora a entrar y lograr 7 diputados en la Asamblea
Rocío Monasterio, en el acto de Podemos