El populismo cierra con silencio sobre las amenazas políticas
«La campaña más emocionante», decían los candidatos de UP en el anfiteatro Lourdes y Mariano, en Vicálvaro. Pablo Iglesias dejó La Moncloa para salvar al partido en Madrid y ser el revulsivo para que la izquierda sumara. Pero Más Madrid, su escisión, les supera. Aún así, Podemos llenó el recinto con sus fieles.
«Han intentado difamarnos, atacarnos con denuncias que se archivan», dijo Ada Colau, que estuvo allí para apoyar. El viernes trascendió que un trabajador de Podemos fue arrestado por disturbios contra Vox. No hubo alusiones, ni hacia los detenidos ni hacia las amenazas que han protagonizado la campaña. Iglesias apareció entre aplausos como estrella del pop. Sonó ‘Take back the power’, de The Interrupters. Muchos de los presentes, ataviados con mascarillas moradas, gritaban: «Sí se puede».
Allí estaban también Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera del Gobierno e Irene Montero, ministra de Igualdad. «En España cuando la derecha cree que puede perder el poder enseña su cara de enemigos arrogantes y violentos de la democracia», espetó Iglesias; «La ultraderecha está dispuesta a todo, frente a ellos, democracia, ley y orden». El rival son PP y Vox. Hubo gritos y también interrupciones de espotáneos para cánticos de ‘mani’. Uno de los momentos donde se aplaudió fuerte fue cuando la ministra Montero aseguró que Yolanda Díaz «será la próxima presidenta de España». Y la gente gritaba: «¡Presidenta, presidenta, presidenta!». El relevo está escrito.
Pasaron de tener 27 escaños a siete cuando Más Madrid llegó al terreno de juego. GAD3 le otorga hasta 11