La novia del ‘premier’ dio el toque de gracia
La prometida de Boris Johnson y madre de su hijo más pequeño, Carrie Symonds, conoció al que hoy es su pareja cuando era jefa de prensa del partido Conservador. Dicen que esta mujer de 33 años, feminista y activista medioambiental, es la que está detrás de los cambios de imagen de Johnson, incluyendo su pérdida de peso, y que está decidida a acabar con el ambiente tóxico y machista que supuestamente se respira en Downing Street y uno de cuyos abanderados era precisamente Cummings, con quien su relación era mala. Muchos conservadores aplauden tanto su salida, motivada en parte por Symonds, así como el cambio de influencia sobre el ‘premier’, sobre todo porque la periodista está en general muy bien valorada dentro de la formación. funcionarios de carrera como «poco aptos» para tomar «decisiones complejas». Es decir, el tipo de decisiones que prefirió tomar él como asesor de Johnson y que tanto bien le hicieron al ‘premier’ británico, así como a su actual segundo de a bordo, Michael Gove, de quien fue asesor allá por el año 2007.
Temor a la revancha
Aunque no fueran amigos, en el sentido más estricto del término, el roce hace el cariño, sobre todo cuando se comparten secretos de seguridad nacional o se tejen políticas públicas durante interminables horas mano a mano. Si encima tenían una buena química que beneficiaba la carrera profesional de ambos, la pareja funcionaba a la perfección. Pero con la pandemia y otros conflictos se perdió el trato y comenzaron los roces, que obligaron finalmente a la dimisión de Cummings. El capítulo, sin embargo, no estaba acabado y precisamente algunas voces dentro del Ejecutivo expresaron su preocupación por lo que una revancha de Cummings podría significar para Johnson.
No estaban equivocados. Solo cinco meses después, su nombre ha vuelto a los titulares, acompañado por las amenazas de airearle al primer ministro unos cuantos trapos sucios. Los viejos amigos, son ahora nuevos enemigos.