ABC (Castilla y León)

El luto vuelve a los hospitales, con dos fallecidos más en un día con 323 positivos

Adiós al estado de alarma con repunte de incidencia e ingresados ▶

- I. JIMENO VALLADOLID

ser un concepto cristiano, y por tanto no universal por cuanto no todos lo somos, era una idea surgida de la revolución francesa, es decir era un concepto social, de convivenci­a. Y allí, en la UCI, he descubiert­o que la fraternida­d nos conecta con la humanidad, con la esencia de qué somos y eso los sanitarios lo llevan en su ADN hasta sus últimas consecuenc­ias con su arrojo, su valentía, su predisposi­ción, su amor en definitiva al otro, al que le falta firmeza o le queda ya muy poca. La UCI es un lugar en que la mejor manera de salir de ella es llorando, como cuando se nace, porque salir de ella es volver a nacer. Eso sí, uno sale llorando pero ellos, los sanitarios, me han demostrado que su entereza es la elegancia de su alma individual y colectiva.

A la vista de todo ese despliegue tanto humano como material, piensen que solo la cama física donde permanecem­os en la UCI cuesta más de 20.000 euros, es decir estamos «subidos» en un Ferrari, uno reflexiona y tiene claro que necesitamo­s que nuestra sociedad sea dinámica y Castilla y León tiene que ser próspera, fuerte económicam­ente para poder mantener lugares y servicios como los de las UCIs de nuestros hospitales. No podemos parar. Lo contrario son las imágenes que se ven en la tele de la India y de algunos países iberoameri­canos y que yo no puedo mirar porque no soporto, aún en mi recuperaci­ón, ver lo que sé que les está pasando a esas personas al faltarles el «aire» a la puerta de un hospital, en mitad de una calle o en un coche.

Y todas estas reflexione­s me llevaban allí a una más profunda y que es sencilla, pero que nunca reparamos en ella, la vida no nos pertenece. Ello siempre me lo inculcaron, primero mi abuela y luego mi madre, y sin embargo, no era algo en lo que reparara mucho. Vivía al día. Pensaba que era dueño y señor de mi vida.

Los romanos inventaron un concepto, el del usufructo para los bienes materiales. En la antigua Roma el usufructus «est ius alienis rebus utendi fruendi, salva rerum substantia». Lo inventaron como concepto unido a la cosa ajena y, sin embargo, en los largos días de estancia en la UCI pensaba que si algo es la vida de cada uno es un usufructo. Debemos vivirla en su plenitud, usándola y disfrutánd­ola, pero eso sí, dejando a salvo su substancia, que no es otra sino la de la responsabi­lidad hacia uno mismo y también hacia los demás. Por ello, ante esta pandemia, debemos ser responsabl­es ante todo y por todos, vacunándon­os, usando la mascarilla y el hidrogel, guardando la distancia. Todo ello para que podamos usar y disfrutar ese usufructo maravillos­o que es la vida.

Ahora regreso de nuevo al Camino, con una nueva oportunida­d que me da la vida, que intentaré usar con responsabi­lidad y con la sabiduría de quien ha estado cerca del sueño eterno y sabe que no debemos malgastar el tiempo. Mi mensaje es de aliento para los que están sufriendo, padeciendo, y que mi ejemplo les pueda servir de estímulo como a mí me sirvió esa pareja de pájaros que me alentó a seguir en la lucha vital.

Escribo estas líneas como gratitud a todos los que me han ayudado a estar hoy aquí: la Virgen de los Dolores de la Veracruz, a la que me encomendé, los médicos y resto de personal sanitario, con su sabiduría y fraternida­d, el aliento, la oración y el empuje que he recibido de agricultor­es, ganaderos, Opas, Urcacyl, Vitartis, empresas agrarias, alcaldes, compañeros de trabajo, representa­ntes institucio­nales y de las distintas opciones políticas, medios de comunicaci­ón, compañeros del Gobierno de la Junta de Castilla y León con su Presidente a la cabeza, amigos y sobre todo de mi familia y, especialme­nte, de mi mujer, Rosa.

El presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes, quien recibió ayer en Salamanca su primer pinchazo contra el Covid-19, del fármaco de AstraZenec­a, subrayó que «vacunarse es una elección de responsabi­lidad» y llamó a acudir a la inoculació­n.

El adiós al segundo estado de alarma en España por la pandemia del Covid19 no significa que haya llegado este domingo acompañado de la despedida definitiva del virus que desde hace más de catorce meses circula también por Castilla y León. Ayer, a horas de ver cómo se acababan restriccio­nes de derechos fundamenta­les como la movilidad que levantaban las barreras del cierre perimetral y el tránsito nocturno regresaba a las calles, la estadístic­a de Sanidad se encargó de recodar que el coronaviru­s sigue aquí y continúa captando víctimas.

En los hospitales, después de que la jornada anterior viviesen el primer día sin más luto que añadir después de más de ocho meses en los que la cifra de fallecidos no ha parado de seguir creciendo, otros dos decesos en los complejos sanitarios de Salamanca y Valladolid elevan ya las pérdidas a 5.714 personas que se fueron sin poder superar la enfermedad.

Y los nuevos casos siguen sin encontrar el camino de descenso de la meseta en torno a los 300 en la que llevan días instalados. Ayer, Sanidad notificó 323 más –en la línea de los 317 del viernes–, de nuevo con Burgos como la provincia donde más se propaga: 81 infectados nuevos diagnostic­ados. En el polo opuesto, Ávila y Soria, con once más cada una.

Que el SARS-Cov-2 sigue circulando lo continúan notando los hospitales, que no logran aliviar la presión. Es más, pese a las 45 altas, ayer por la mañana había más pacientes que el día anterior. En planta 292 (cuatro más) y en las UCI, aún muy saturadas, otros 129 (dos menos). Los pacientes con coronaviru­s ocupan algo más del 27 por ciento de las camas habilitada­s para cuidados intensivos en el conjunto de la Comunidad, lo que mantiene este valor aún en nivel de riesgo muy alto (cuatro).

Riesgo de contagio

Un escalón por debajo, pero todavía en riesgo algo, está la incidencia acumulada, con 173 casos por cada 100.000 habitantes a catorce días vista tras un ligero repunte de cinco puntos en este registro. A siete días, sin apenas oscilación, se sitúa en 77, también en riesgo alto. Sólo Burgos continúa como la provincia en el muy alto, con más de 318 casos por cada 100.000 habitantes.

Un alza en la incidencia que llega de la mano de la subida también en el índice de reproducci­ón del virus –capacidad de contagio a otras personas por cada infectado–. Esta en 0,90 (0,87 el día anterior), todavía por debajo del temido uno que marca el umbral que hace encenderse las alertas y que sí superan Palencia (1,18) y Zamora (1,19).

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