El Madrid se harta de los errores
▶El vestuario blanco, muy enfadado, cree que ha sido perjudicado por los cambios en la aplicación de la norma de las manos dentro del área El Madrid cree que si se hubiera aplicado un solo criterio sería líder y tendría el título ya encarrilado Los blanco
No es un tipo acostumbrado a protagonizar escenas subidas de tono, pero cuando se le hincha la vena no suele reprimir sus instintos. El domingo, a Zidane se le acumuló la sangre y estuvo a punto de estallar. El hombre tranquilo acudió al encuentro de Martínez Munuera para pedirle explicaciones por lo que había ocurrido minutos antes. El colegiado, en un tono cordial, le explicó que el brazo de Militao estaba muy extendido y que no había tenido más remedio que señalar penalti. No le convencieron sus explicaciones a Zidane, que al igual que el resto del vestuario blanco y de la mayoría de aficionados, se ha perdido hace tiempo entre lo que es y no mano dentro del área.
Por más que lo ha intentado el Comité, con sus ruedas de prensa públicas y con sus tutoriales para árbitros y jugadores, sigue sin haber un único criterio para este asunto que amenaza con volar por los aires las bondades del videoarbitraje. Un sistema que debería ayudar a los colegiados y que se está convirtiendo en una pesadilla para muchos de ellos, sobre todo en el caso de las manos, con las que ya no se sabe. Porque hay veces que un brazo extendido es símbolo inequívoco y otras que no. Como no sirve siempre que corten jugada –que se lo digan al Valladolid y a Jordi Alba– o que eviten la ocasión de gol del rival –como ocurrió en el derbi con la mano de Felipe–. Es un galimatías fatal fabricado por la propia complejidad de la norma, que se ha enrevesado tanto que ni los propios colegiados aciertan a utilizar un criterio único, como se ha podido ver a lo largo de la temporada.
En este sentido, el Real Madrid se siente claramente perjudicado. Opina que ha dejado de ganar al menos cuatro puntos por estos vaivenes y lo ocurrido ante el Sevilla ha terminado por encender los ánimos en el vestuario blanco. «Qué vergüenza», clamaba Carvajal nada más terminar el duelo frente a los andaluces, en el que otra vez el VAR salió a relucir para corregir al árbitro y castigar al Real Madrid. Una mano clara, como también lo era la de Felipe en el derbi del Wanda o la de Emerson en el duelo contra el Betis de hace pocas semanas. El cambio de criterio otra vez y de nuevo el Madrid como chivo expiatorio.
El de Militao era el octavo penalti en contra del Madrid esta temporada, en la que solo Cádiz y Villarreal (9) han tenido peor fortuna que los blancos en este apartado. Un dato que extraña en un equipo que lucha por el título. El Atlético, por ejemplo, solo ha recibido la mitad de castigos y el Barcelona, uno más (5). De las ocho penas en contra del Real Madrid, cuatro han llegado por culpa de una infracción con la mano. La más polémica, además de la de Militao, al que le golpea el balón en el brazo extendido tras tocar en su retaguardia y estando de espaldas a la pelota, es la que le costó la derrota a los blancos frente al Alavés.
Estupor en el vestuario
En aquel partido, el árbitro principal no lo dudó (y el VAR tampoco le dijo lo contrario) cuando un cabezazo de un jugador vasco impactó entre el hombro y la espalda Nacho. Fue penalti, pero no así el reclamado el domingo por los blancos en la primera parte del encuentro ante el Sevilla.
Podría esperarse que esa mala fortuna hubiera tenido equilibrio en el área contraria, pero tampoco ha sido así. El Madrid es el segundo equipo al que menos penaltis le han pitado a favor (solo tres) y todos ellos llega