«El sufrimiento te hace mirar a lo importante»
Con «organización y entrega» supera el trance la comunidad Iesu Communio de La Aguilera (Burgos), donde la mitad de las 116 monjas tiene Covid Con la pandemia, la falta de ingresos se suple con ayuda de las familias y donaciones Sólo 13 hermanas tienen má
Al otro lado del teléfono, una voz serena y dulce asegura que «estamos todas bien», a pesar de que la mitad de las 116 hermanas de Iesu Communio que habitan el convento de La Aguilera (Burgos), están contagiadas de Covid. Son 57 las religiosas —reconocidas por su característico hábito vaquero— que han dado positivo y han convertido las amplias instalaciones de esta pedanía próxima a Aranda de Duero en un auténtico búnker, aunque la verdad es que sus muros son inescrutables desde que en marzo estalló la pandemia.
Una de las monjas, que ejerce de portavoz, relata a ABC cómo sus compañeras sólo tienen síntomas «leves y controlables» de la enfermedad y permanecen aisladas en sus habitaciones. Su juventud ayuda en una comunidad en la que la media de sus integrantes es de 30 años. La más joven sólo tiene 21. De ahí que sólo las 13 hermanas que superan los 80 estén vacunadas y se hayan librado del virus. El resto, deberá esperar, y mucho, para recibir la primera dosis, dado que la gran mayoría tiene menos de 50 años.
Es difícil saber cómo ha entrado el Covid en La Aguilera. «Hemos tenido muchísimo cuidado, incluso todos los paquetes que entraban pasaban su cuarentena», relata la monja, pero lo cierto es que se ha colado y entonces «el Covid hace estragos en una comunidad en la que se vive tan estrechamente». La hermana de Iesu Communio explica que, a pesar de lo complicado de la situación, esta se afronta con naturalidad porque «estamos acostumbradas a la organización» y eso es, precisamente, lo que ahora se impone «con la entrega de unas hermanas a otras». «Es un momento de mucho amor porque el sufrimiento te hace mirar a lo importante y lo superficial se cae para ver cómo nos necesitamos los unos a los otros», asegura la religiosa de una comunidad que actualmente tiene que sobrevivir gracias a la ayuda externa. Con la pandemia, se vieron obligadas a cerrar la tienda en la que ofrecen sus productos y a suspender los encuentros que habitualmente se realizaban en sus instalaciones, los dos mecanismos para obtener ingresos. Ahora, con el brote de contagios, tampoco pueden vender a través de internet, por lo que necesitan la ayuda de familiares, amigos y «muchas personas agradecidas por sus experiencias» para poder sobrevivir. Familias a las que, precisamente, llevan sin ver desde el mes de marzo de 2020 y eso, también, se está haciendo muy difícil, sobre todo para las hermanas más jóvenes.
Polémica en Aranda
En La Aguilera son conscientes de la polémica que ha suscitado el cierre del interior de la hostelería decretado por la Junta en Aranda de Duero al dispararse la incidencia de contagios a 14 días (está por encima de los 200), cuando la causa está precisamente en el brote en estas instalaciones. El Ayuntamiento ribereño ha criticado duramente la medida e, incluso, la ha recurrido al TSJ. Pero la hermana portavoz de la comunidad religiosa, fiel a su prudencia, lamenta esa situación pero evita pronunciarse al respecto, al tiempo que agradece la atención que reciben y lo «bien atendidas» que están por el médico de familia de su centro de salud. En este caso, médico de una familia muy numerosa.