Soluciones sí, pero en 2050
Hace un tiempo, me dirigí a un compañero para felicitarlo por el éxito en un proceso que llevaba entre manos, refiriéndome al respecto: «Gracias, pero no es mérito mío, lo importante es saber rodearse de gente competente». Pues bien, esto al parecer es de lo que carece nuestro presidente Sánchez, cuya ineptitud para gobernar está amparada por un grupo de inexpertos, como lo demuestra el hecho de estar donde y como estamos en este proceso de recuperación de una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes. Por otra parte, y dentro de los desatinos a que nos tiene acostumbrados, este fin de semana nos ha sorprendido con unas declaraciones, a raíz de la estrategia de descarbonización a largo plazo auspiciado por la UE, en las que anuncia que su política se va a centrar en ese objetivo largoplacista. Noticia en la que subyace la pretensión de supeditar los problemas y necesidades actuales a alcanzar los objetivos marcados para el año 2050. En mi opinión, esta actitud no deja de ser negligente e irresponsable, porque bajo ningún concepto un gobierno se puede desatender de los asuntos acuciantes de cada día, es decir, los que nos apremian a todos, como son el paro, la vacunación, las pensiones y la subida de impuestos. Para más abundamiento, cabe decir que al finalizar el plazo de
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