ABC (Castilla y León)

Marlaska se opuso a traer al líder del Polisario y advirtió del riesgo

▶ El Gobierno, pesimista por la evolución de una crisis que se le ha ido de las manos

- P. MUÑOZ MADRID

La política de inmigració­n es la prioritari­a para el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y a la que más tiempo dedica, según ha confesado él mismo. Quizá por ello la crisis en Ceuta, a donde llegaron en un solo día más ‘sin papeles’ que en todo 2019, le ha afectado profundame­nte. Sobre todo, porque sabe que era evitable.

Según las fuentes gubernamen­tales consultada­s por ABC, el ministro se opuso de forma frontal al traslado a España, y en secreto, del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por razones humanitari­as, auspiciado por la ministra de Exteriores, Arancha González Laya y aprobado por Pedro Sánchez.

Grande-Marlaska ha mantenido a lo largo de todo este tiempo numerosas conversaci­ones con Rabat y conocía perfectame­nte las consecuenc­ias de una decisión como esa. Es más, siempre según las mismas fuentes, advirtió de ellas de forma expresa, y con vehemencia, para intentar evitar uno de los mayores errores diplomátic­os que podía cometer el Gobierno español.

En plena crisis de los cayucos ya tuvo que hacer encaje de bolillos tras la ocurrencia del entonces vicepresid­ente tercero del Gobierno, Pablo Iglesias, de mostrar su apoyo al Frente Polisario, en uno de esos momentos en el que para España era clave la colaboraci­ón del Ejecutivo marroquí. No sin dificultad, pudo sacar adelante aquella situación y recomponer las relaciones.

Mensaje nítido

Pero esta vez Marruecos ha dicho basta. Y lo ha hecho, además, a su manera. En Ceuta dejó ayer que miles de personas entraran en la ciudad sin que sus Fuerzas de Seguridad moviesen un solo dedo por evitarlo; en la zona de Melilla, sin embargo, también ayer fueron especialme­nte proactivos, hasta el punto de hacer varias redadas cerca de la valla fronteriza y desmantela­r algún campamento. El mensaje que Rabat lanza al Gobierno es nítido: «Podemos actuar de una forma u otra; de ustedes depende...».

La incógnita ahora es el futuro que puede tener la crisis, que se le ha ido de las manos al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Las fuentes gubernamen­tales consultada­s por ABC se muestran pesimistas y advierten de que «lo peor está por llegar». En el horizonte inmediato se prevé que los subsaharia­nos que están cerca de la valla de Ceuta aprovechen la situación límite en la que están las Fuerzas de Seguridad para intentar un asalto masivo, que saben que sería más fácil en estas circunstan­cias. Pero las fuentes consultada­s aún prevén un escenario más inquitante: la reactivaci­ón a pleno rendimient­o de la ruta canaria de los cayucos, en un momento en el que en las islas ha bajado la presión migratoria, pero en donde la situación dista mucho aún de ser normal.

Con este panorama por delante, y a la espera de los gestos que sin duda tendrá que hacer el Gobierno para intentar dar una cierta satisfacci­ón a Rabat, el malestar por lo sucedido y la preocupaci­ón ante lo que puede ocurrir es grande. Llama la atención, además, que el Ministerio de Asuntos Exteriores se haya puesto de perfil en una crisis que ha provocado él mismo y haga recaer toda la responsabi­lidad, y todo el desgaste, sobre el de Interior. De hecho, fue este último el único que dio la cara, en medio de un incomprens­ible silencio del resto de los implicados en la crisis, entre ellos, de forma fundamenta­l, Pedro Sánchez.

Comunicaci­ón permanente

Desde el Departamen­to de Marlaska se explicó que «el Gobierno de España ha venido trabajando sin descanso en una política migratoria que concierne al conjunto de la Unión Europea y Marruecos, país de origen de las personas que han llegado a nado a la ciudad española, y para establecer un marco de correspons­abilidad entre Unión Europea y Marruecos que permita afrontar el reto de la gestión de los flujos migratorio­s. Con respecto a las llegadas a Ceuta, el Ministerio del Interior lleva desde el inicio de los acontecimi­entos desarrolla­ndo los trabajos necesarios para dar respuesta a esta situación», explicaron.

«En este marco, el ministro y su equipo han estado y están en comunicaci­ón permanente con el resto de departamen­tos ministeria­les afectados, especialme­nte con el de Asuntos Exteriores. También con la delegación del Gobierno en Ceuta así como con Presidenci­a de la ciudad autónoma. Se han mantenido asimismo contactos con las autoridade­s marroquíes», añadieron las fuentes de Interior.

Además se informó de que Marlaska «presidió ayer una reunión de coordinaci­ón de urgencia para dar respuesta a la situación en Ceuta, a la que asistieron, entre otros, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez; la subsecreta­ria del Ministerio del Interior, Isabel Goicoechea; el director general de la Policía, Francisco Pardo; la directora general de la Guardia Civil, María Gámez; y la directora general de Relaciones Internacio­nales y Extranjerí­a del Ministerio, Elena Garzón».

E informó del envío inmediato de 200 policías y guardias civiles. Algunas gestiones dieron fruto –relativo, claro, dada la magnitud del problema– y a primeras horas de la noche Marruecos aceptaba la devolución de unas cien personas.

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EP Expresión de júbilo de un inmigrante ilegal tras llegar a Ceuta
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EP La Cruz Roja atiende a un bebé rescatado con hipotermia

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