Ceuta, el sueño roto para miles de marroquíes
Ceuta Ceuta
En Ceuta se ve la crisis migratoria como un «órdago de Marruecos al Gobierno», como señaló Salvador Maldonado en la puerta de su comercio, por donde pasaba un grupo de chicos con banderas de España. Algunos reconocieron haber estado en el recibimiento ayer con insultos en la ciudad autónoma contra el presidente, Pedro Sánchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. «Le he dicho que se vaya, hijo de puta y sepulturero», aseguraba uno de ellos a ABC, mientras daba otro trago a una bebida energética con una bandera de España anudada al cuello, mascarilla, gorra y gafas de sol. No era un grupo muy grande, pero sus gritos de «soy español» retumbaban en el centro peatonal de la ciudad.
Allá por donde pasaban los miembros del Gobierno, un grupo, unas veces más nutrido y otras menos, los recibía con insultos, pitadas y malestar. Hasta lanzaron objetos al coche oficial. «En la Marina he visto dejar ir un patinete contra el coche», aseguró uno de los exaltados, que relataba cómo muchos se abalanzaron sobre el vehículo del presidente para golpearlo. Desde que bajaron del helicóptero en la ciudad autónoma hubo quien se empeñó por mostrarle al Gobierno que tenía la culpa de lo que estaba pasando al grito de «invasión» o «Ceuta no se vende».
La manifestación de las ocho de la tarde junto a la Delegación del Gobierno fue el culmen de las muestras de en
MARRUECOS
Zona ampliada