ERC enmaraña a Puigdemont, que pierde el control del independentismo
▶El acuerdo de investidura de Aragonès sustituye el Consell per la República por un órgano de partidos y asociaciones, que tomará sus decisiones por consenso
l acuerdo de ERC y Junts que renovará el control independentista de la Generalitat de Cataluña, reeditando la coalición que funciona desde 2015, tendrá a Pere Aragonès (ERC) al frente de la presidencia autonómica, la mayoría del gasto presupuestario autonómico en manos de Junts y aparta a Carles Puigdemont de la toma de decisiones e influencia directa del próximo Govern catalán. Si hasta la caída de Quim Torra era Puigdemont el que tenía ascendencia sobre el presidente de la Generalitat –pues, al fin y al cabo, lo designó él– ahora, cuando Aragonès y Elsa Artadi (Junts) pongan en marcha «la Generalitat republicana» surgida de las elecciones del 14-F, el eurodiputado y fugado de la Justicia apenas contará con el consejero de Acción Exterior y Transparencia, probablemente Josep Rius, como único fiel con los ojos cerrados del nuevo Ejecutivo regional.
Además, de las supuestas pretensiones de Junts, situando el papel del Consell per la República como un ente que debía tutelar al presidente de la Generalitat, una vez visto el acuerdo de ERC y Junts, se desprende que no eran más que una excusa para una mejor negociación en el reparto de las consejerías respecto a sus socios y, sobre todo, el gasto público. El acuerdo de gobierno desplaza a Puigdemont y su asociación y los deja en un segundo plano.
EReformular el Consell
El objetivo de los dos grupos secesionistas mayoritarios sigue siendo el mismo: la amnistía para los afectados por el ‘procés’ y un referéndum que permita la independencia de Cataluña. Esta doble exigencia es la «única solución» posible que plantean ERC y Junts para resolver el llamado problema catalán –creado por los nacionalistas–, y así lo recogen en el documento por el que sellan la paz.
Es, además, el único punto en común, pues incluso discrepan en la forma de llevar a cabo el objetivo y el camino a transitar juntos. ERC apuesta por la mesa de diálogo entre los Gobiernos, central y regional, mientras que Junts insiste en el embate contra la democracia española y sus instituciones constitucionales.
Para evitar una repetición electoral, ERC pierde la mayoría del gasto público de la Generalitat –que controla desde 2018–, Junts pierde la presidencia autonómica –será de ERC por primera vez desde Josep Tarradellas– y ambos se inventan un nuevo ente de diálogo entre los dos partidos para intentar definir la estrategia independentista, un órgano sin plazos, que aparta al Consell per la República y cuyas decisiones se deben adoptar por consenso, es decir, por unanimidad.
«Consideramos imprescindible articular un espacio de coordinación, consenso y dirección estratégica del independentismo. Los acuerdos estratégicos dentro del independentismo han sido la llave que nos ha permitido avanzar en el camino hacia la independencia. Hay que recuperar de manera inmediata estos espacios compartidos de análisis y dirección política entre formaciones y asociaciones independentistas con el objetivo de alcanzar un acuerdo estratégico entre todas después de alcanzar el 52 por ciento en las elecciones del 14 de febrero», afirman ERC y Junts en el texto del acuerdo, utilizando un léxico retórico constante en el apartado relativo a la gestión del ‘posprocés’, evidenciando que no existe una hoja de ruta clara y compartida.
En esta línea, el nuevo ‘Espacio de coordinación, consenso y dirección estratégica’ tendrá entre sus cometidos definir «los pasos compartidos en todos los ámbitos de actuación relevantes (institucionales y sociales) para culminar el camino hacia la República catalana» y estará formado por representantes de ERC, Junts, la CUP, la Assemblea Nacional Catalana (ANC)
Carles Puigdemont, en Bruselas, en una imagen de marzo de 2021 y Òmnium Cultural, de manera que se configura un «liderazgo compartido, necesario para representar la diversidad del proyecto colectivo».
El nuevo ente, que no tiene encaje institucional y funcionará en paralelo al Govern catalán, deja al Consell per la República de Puigdemont –asociación privada registrada en Bélgica– en una posición subsidiaria. El acuerdo encomienda al Consell la tarea de reformularse y, siempre por consenso de los cinco miembros, podrán coordinarse ambos espacios, hasta que el nuevo ámbito de decisión a cinco se convierta en la dirección estratégica. Y todo esto sin que Esquerra y Junts –que se comprometen a reconocer la tarea realizada por el Consell– fijen unos plazos temporales para su ejecución.
«Fuera del foco mediático»
De esta manera, el ‘Espacio de coordinación, consenso y dirección estratégica’ se encargará, entre otras tareas, de fijar los objetivos estratégicos del independentismo mayoritario; concretar propuestas de «movilización ciudadana»; promover «una unidad de acción» en el Parlamento catalán, el Congreso, el Parlamento europeo y los ayuntamientos; «coordinar el relato comunicativo» y «asumir las respuestas urgentes» ante «las actuaciones represivas del Estado».
Para «garantizar el buen funcionamiento» de este nuevo foro de discusión, que aspiran a situar «fuera del foco mediático», ERC y Junts proponen que se creen unos órganos integrados por representantes de todos los partidos y las entidades secesionistas: Dirección Estratégica (entre 10 y 15 personas), Comité Técnico (entre 5 y 10 personas) y Grupos de Trabajo (al que podrán asistir invitados expertos, según la materia a tratar).
En resumen, el nuevo espacio de consenso asumirá, básicamente, todas las tareas que se atribuyó el Consell per la República, con la excepción de la internacionalización de la causa
Objetivo ERC y Junts mantienen el objetivo: amnistía e independencia, pero no saben cómo avanzar
Internacional A Puigdemont, el nuevo Govern le deja el papel de la propaganda internacional, para divulgar el ‘procés’