ALUMNA DE 2º DE BACHILLERATO EN EL COLEGIO ESCOLAPIOS NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, DE SORIA
No obstante, contaba con una baza especial, la preparación que le habían brindado sus profesores y los docentes de la Universidad de Valladolid que previamente le habían dado clase como clasificada en la fase local. «Me ayudó mucho para tener una idea de a qué tipo de problemas me iba a enfrentar», comenta.
No olvida tampoco a sus profesores del Colegio, porque le contagian las ganas de saber más y, así, preguntada por el grado de «responsabilidad» en el premio que han tenido sus maestros, responde recordando primeramente a su profesor de Física, que «es mayor y muy listo y siempre me ha ayudado». Patricia añade que «al final, la pasión que tienen por enseñar y aprender se acaba contagiando. Si el profesor tiene ilusión, ves la asignatura de otra manera que si solo llega y da clase».
Patricia Rupérez sigue siendo una de las pocas chicas que acceden a este palmarés de ciencias, algo a lo que esta estudiante no le encuentra explicación, salvo «que a las chicas les gusten más otras materias como la biología». Porque «las chicas tenemos los mismos resultados y somos igual de competentes que los chicos», dice, mientras apura los días para enfocarse en su futuro más inmediato: estudiar Ingeniería Biomédica y poder asistir a la Olimpiada Iberoamericana de Física, que será en Brasil en noviembre. Si la pandemia lo permite y Patricia no tiene que perderse otra vez un encuentro en persona con estudiantes tan brillantes como ella.