Bruselas forzó a Marruecos a cerrar la frontera ante la debilidad española
▶La UE ha dejado claro a Rabat que «no nos dejaremos intimidar. Nadie puede chantajear a la UE. Estas tácticas no son admisibles en el mundo de hoy»
La reacción de Bruselas ante lo que se considera un chantaje por parte de Marruecos ha llevado a Rabat a retroceder. Frente a la debilidad del Gobierno, la actitud de la UE ha sido definitiva. «Europa es solidaria con España. Ceuta es Europa», dijo ayer por la tarde el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en el Parlamento Europeo. La rotunda intervención del Ejecutivo comunitario en favor de España en el episodio de la entrada masiva de inmigrantes en la frontera de Ceuta ha sido definitiva para contrarrestar la falta de previsión y la inacción del Gobierno español, que ha ignorado todos los indicios que permitían prever la emergencia de esta crisis.
Esta vez la Unión Europea ha reaccionado con rapidez y ha enviado un mensaje claro y contundente que Marruecos no ha tenido más remedio que escuchar: «Los países de origen y de tránsito tienen que entender que la emigración será un tema central en nuestras relaciones en los próximos años. Estos países amigos y vecinos tienen que trabajar con nosotros y no contra nosotros en materia de emigración» dijo también Schinas, que ha mantenido contactos con los ministros de Exteriores, Arancha González Laya, e Interior, Fernando Grande-Marlaska.
En una entrevista difundida ayer por la mañana por Radio Nacional había dicho que desde la Comisión harán «todo lo que España necesite para ayudarle a gestionar la frontera en Ceuta y Melilla. Tenemos medios, recursos, guardacostas europeos, Frontex». El vicepresidente también dejó claro que España no debe sentirse sola ante esta crisis. «La frontera de Ceuta es una frontera europea y lo que está pasando ahí no es un problema de Madrid, sino que es un problema de todos».
La capacidad de la UE de imponer sanciones a Marruecos por este hecho es muy limitada, por más que Schinas
Un gendarme marroquí conversa con ciudadanos marroquíes cerca de la frontera con Ceuta calificase lo sucedido de chantaje. Las sanciones son palabras mayores y se necesitaría para ello la unanimidad de todos los países. Pero el mensaje ha sido tan claro que Rabat no ha tenido más remedio que plegar velas. «Europa –dijo el vicepresidente– no se dejará intimidar por nadie en el tema de la migración. En los últimos meses hemos visto tentativas de países terceros de instrumentalizar este asunto y vamos a dejar muy claro que nadie puede chantajear a la Unión Europea. Somos muy fuertes como para ser víctimas de esas tácticas que no son admisibles en la Europa de hoy».
Ayudas europeas
Marruecos es uno de los socios más importantes para la UE, no solamente por su proximidad, sino también por la gran cantidad de marroquíes que viven en Europa. Desde 2008 goza de un ‘estatuto avanzado’ en sus relaciones con la UE, símbolo también de su creciente dependencia económica del mercado interior comunitario. En los últimos años ha recibido 289 millones para sostener reformas para un desarrollo inclusivo, 101,7 para la gestión de fronteras y en la actualidad se beneficia de un paquete de más ayudas que alcanzará más de 350 millones, sin contar con lo que recibe por las licencias de pesca.
En Bruselas la brutal entrada de miles de personas en Ceuta ha hecho revivir el espectro de la crisis migratoria de 2015 en la frontera entre Turquía y Grecia que le costó a la UE la bagatela de 6.000 millones para lograr que Ankara se hiciera cargo de los miles de refugiados. La lección en aquella ocasión fue lo bastante clara como para que la Comisión haga todo lo que esté en su mano para evitar que se repita.
Por ello el lenguaje que han utilizado todos los responsables de las grandes instituciones en apoyo a España ha sido tan contundente. Desde la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, muchos responsables se han manifestado claramente advirtiendo a Marruecos de que «la frontera de Ceuta es la frontera europea» y reclamando el respeto hacia esta ciudad española en un tono que ha disipado muchas dudas sobre supuestas vacilaciones que se hubieran podido producir con anterioridad.
A Marruecos no le conviene tampoco en ningún caso estropear sus relaciones con la UE ni en este caso es previsible que hubiera podido lograr el apoyo de su aliado tradicional, Francia, que a su vez está dedicado a tratar de administrar el desafío interno que le plantean los problemas de integración de la inmigración procedente del Magreb.
Habitualmente los emigrantes sin papeles que llegan a entrar en la península suelen seguir viaje hacia Francia, pero eso ha cambiado y París ya no está de acuerdo con esa liberalidad
Socio Marruecos es un socio importante, pero también depende cada vez más de la UE para su economía