Biden y Netanyahu se enfrentan por el fin de la operación militar en Gaza
▶El presidente, cada día más presionado por la izquierda de su partido, no logra que el ‘premier’ israelí acepte una desescalada militar
Estados Unidos e Israel pusieron ayer de manifiesto su ruptura más clara hasta la fecha sobre la erupción de la violencia entre israelíes y palestinos, que hoy cumplirá once días. Ante presiones crecientes de la comunidad internacional y de los demócratas de su país, el presidente estadounidense, Joe Biden, exigió al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, una «desescalada significativa» que debía producirse de forma inmediata, ese mismo día. Netanyahu hizo caso omiso y respondió que está «decidido» a continuar con la operación militar.
Los dos líderes volvieron a hablar ayer por teléfono, después de otra llamada, el pasado lunes, en la que Biden le expresó su apoyo al alto el fuego. Hasta entonces, tanto el secretario de Estado, Antony Blinken, como la embajadora ante la ONU, Linda GreenfieldThomas, habían mantenido que EE.UU. darían soporte a un cese de las hostilidades «si así lo desean las partes».
El contenido de la llamada desvelado por la Casa Blanca mostraba el creciente tono de exigencia de Biden a su homólogo israelí, después de que al principio de la crisis el presidente de
EE.UU. hiciera siempre énfasis en el derecho de Israel a defenderse y en condenas a Hamás por sus ataques con cohetes. Por primera vez, Washington imponía un plazo a Israel para reducir la violencia, que ha dejado más de doscientos muertos –decenas de niños– en el bando palestino y una docena de víctimas –incluidos dos menores– entre los israelíes. Biden dijo a Netanyahu que esperaba que ayer se produjera una «desescalada significativa para avanzar hacia el alto el fuego».
Esto se supo cuando Biden viajaba a Connecticut, donde ayer dio un discurso en la graduación de la Academia de la Guardia Costera. En el Air Force One, el avión presidencial, una portavoz de La Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró a los periodistas que el deseo del presidente es que se llegue por el momento a una «calma sostenible» en la región.
Jean-Pierre aseguró que no hay un cambio de postura en la posición de la Casa Blanca con esta llamada, pero la realidad muestra lo contrario: una evolución paulatina de la postura de Biden ante las crecientes presiones de los demócratas para que fuerce a Israel a avanzar hacia el cese de hostilidades.
Al principio de la crisis, la Administración Biden siempre ponía el énfasis en su apoyo inquebrantable a Israel y en su derecho de autodefensa, con con
Biden, durante su visita a una academia militar en Connecticut denas a Hamás y con lamentos por la pérdida de vidas civiles en ambos bandos. Después, comenzó a decir al Gobierno de Netanyahu que tenía una «responsabilidad adicional» en la protección de civiles y que debía hacer «todos los esfuerzos» para evitar esas víctimas. Ahora el tono es más urgente y de exigencia de reducción de la violencia.
La respuesta de Netanyahu fue despreciar la solicitud de su gran apoyo en la comunidad internacional. «Aprecio mucho el apoyo del presidente de EE.UU.», dijo el primer ministro tras una visita a los mandos militares, pero
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