Rebelión socialista frente al «chantaje» de Podemos con la ‘ley Trans’
▶ Una treintena de dirigentes justifican la «coherencia» del PSOE con su abstención
El PSOE está a partir un piñón. Cierra filas ante el aluvión de «presiones, coacciones, chantajes y amenazas» que dicen estar recibiendo sus dirigentes tras la abstención del Grupo Socialista en el Congreso, el pasado martes, a la ‘ley Trans’ que la izquierda del arco parlamentario copió a Irene Montero para hacerle encajar un gol a La Moncloa por la puerta de atrás. Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno, y Juan Carlos Campo, ministro de Justicia, tienen paralizada la ley de Igualdad en el Consejo de Ministros, con informes jurídicos en contra del texto redactado por el departamento de Montero, así que los socios del Ejecutivo (ERC y Grupo Plural) colaron una iniciativa en el Congreso a la que, por «coherencia», dicen desde el PSOE, tuvieron que pararle los pies. Y lo hicieron dando la mano a PP y Vox, que se opusieron a la proposición de ley.
Una treintena de dirigentes y simpatizantes, amén de ex altos cargos de Ferraz, lanzaron un manifiesto momentos antes del debate en el hemiciclo en el que vuelven a justificar que «no es ‘progre’ ni de izquierdas fulminar en las leyes a las mujeres», ni «anular la categoría de sexo biológico de las personas», que es lo que persiguen los postulados ‘queer’ que preconiza Montero.
La exeurodiputada Elena Valenciano; la exportavoz de Igualdad, Ángeles Álvarez, y nombres tan conocidos para el socialismo y las corrientes del feminismo clásico como Matilde Fernández,
Juana Serna, Alicia Miyares, Laura Seara, Amelia Valcárcel y Rosa Peris se encuentran entre las firmantes de este documento, que reedita el compromiso suscrito en junio de 2020 contra las leyes «de borrado» de las mujeres. En aquella ocasión, el secretario de Organización en Ferraz, José Luis Ábalos, y Calvo suscribieron ese frente político contra Podemos. Y ahora lo respaldan nuevamente. El «derecho a la autodeterminación sexual carece de racionalidad jurídica» y «es imposible legislar» sobre ese concepto, así que la posición del PSOE no ha cambiado, defienden.
Pero Ferraz es consciente de que este voto neutro puede pasarle factura. Y el partido de la rosa no atraviesa su mejor momento de popularidad, precisamente. Tras su abstención, no tardaron en descolgarse de su órbita varias asociaciones y entidades que representan al colectivo LGTBI, lo cual puede tener consecuencias negativas en el futuro, dicen varios cargos de puertas adentro.
Por ello, han salido en tromba a justificar su acción: «Por congruencia interna y con el feminismo clásico no se podía hacer otra cosa» que abstenerse, dijo ayer un parlamentario socialista; mientras otro, que tampoco quiere ser identificado, hablaba de que el PP tiene todo a su favor para elevar esta ley ante el Tribunal Constitucional y que tumbe puntos «claramente anticonstitucionales y redactados al margen de las leyes». «Hay una manipulación interesada que está poniendo en riesgo el concepto mujer», suscriben las firmantes, quienes creen que «las amenazas de grupos de interés transgénero no pueden ser el criterio que determine la posición del PSOE. Ceder al chantaje con posiciones intermedias imposibles es abandonar la defensa de la igualdad y dejar de lado el activismo feminista».
Ofensa de Rufián
También los obispos se vieron perjudicados por el giro que tomó el debate, puesto que Gabriel Rufián (ERC) se mofó de los diputados católicos al despreciar la Biblia, porque «creen en palomas que embarazan». El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, recuerda a ERC «que los católicos también le votan y son miembros de su partido», informa Laura Daniele.