El ADN de Colón permitirá descartar las dispares teorías sobre su origen
▶ Se retoma la investigación genética sobre los restos óseos del descubridor de América exhumados en Sevilla en 2003
Tal día como hoy de hace 515 años, Cristóbal Colón fallecía en Valladolid y con su muerte parecía perderse para siempre la posibilidad de saber con certeza cuál fue esa patria y origen que, según escribió su hijo Hernando, él mismo quiso que fuesen «menos ciertos y conocidos». Por documentos históricos y por el testamento del propio Hernando, que se identificó como «hijo de Cristóbal Colón, genovés», la gran mayoría de los historiadores creen que el descubridor de América procedía de una familia humilde de Génova (Italia). Sin embargo, muchos han puesto en duda esta versión situando el lugar de nacimiento del almirante en diversos puntos de España (Valencia, Galicia, Extremadura, Mallorca, Navarra…) y del extranjero (Portugal, Polonia, Croacia…). El catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Granada José Antonio Lorente inició hace casi dos décadas una investigación sobre el ADN de los restos óseos de Colón, que ahora entra en su fase final y el misterio, por fin, podría desvelarse.
Los resultados del estudio ‘Colón ADN, su verdadero origen’, en el que colaborarán varios laboratorios de identificación genética de Europa y América, se darán a conocer en exclusiva en una película y una miniserie documental coproducida por RTVE y Story Producciones, cuyo estreno está previsto el 12 de octubre, día de la Hispanidad. Entonces se sabrá si alguna de las dispares teorías que hoy existen sobre la procedencia de Colón está en lo cierto o quizá queden refutadas para siempre. «Yo, personalmente, no dudo de la versión genovesa. Lo que quiero es ofrecer datos para confirmar el origen de Cristóbal Colón, no para buscarlo», explica Lorente.
Una larga espera
Su investigación comenzó en 2003 tras la exhumación de los restos de Colón y de su hijo Hernando en la Catedral de Sevilla y la recogida de los huesos de su hermano Diego, que antes de su misteriosa desaparición se guardaban en la fábrica de cerámica de La Cartuja-Pickman de Sevilla. Los análisis genéticos confirmaron que los restos del catafalco de la catedral hispalense pertenecían al almirante, pero los estudios se paralizaron por el corto alcance de la tecnología de entonces. «Estábamos gastando muchos gramos de hueso que tenían un valor incalculable para conseguir muy poca información. Decidimos preservarlos hasta que hubiera una mejor tecnología», explicó Lorente en rueda de prensa. Ahora ese cambio tecnológico «ya se ha dado», asegura. Disponen de secuenciación de nueva generación capaz de dar mayor información partiendo de muy poca cantidad de ADN. y creen que ha llegado el momento de retomar sus trabajos.
Los restos óseos que se han conservado en una sala blindada de la Universidad de Granada serán analizados por el laboratorio de Lorente, así como por el equipo del doctor David Caramelli de la Universidad de Florencia (Italia) y
J. A. LORENTE el laboratorio de Bruce Budowle de Texas (EE.UU.), de forma independiente y aislada. Trabajarán con cuatro fragmentos óseos de Cristóbal Colón del tamaño de una almendra, siete de su hijo Hernando, entre ellos un diente, y doce de su hermano Diego. Otros dos laboratorios más, el Tor Vergata de Roma y el de la empresa mexicana Zogbi, colaborarán en el estudio y se consultará de forma puntual a más centros para «tratar de generar la mayor cantidad de información posible», destaca el catedrático de la UGR. Con el cotejo de sus resultados con los que obtengan del ADN de posibles familiares de Colón, según las tesis, se espera arrojar luz sobre uno de los interrogantes más famosos de la Historia.
Que hablen los huesos
Representantes de las diversas teorías expusieron ayer sus argumentos en la Universidad de Granada, en el primer encuentro mundial que reunió a los autores de las distintas tesis. El historiador Gabriel Verd, defensor de la teoría mallorquina, se muestra esperanzado ante el estudio. «Que hablen los huesos», remarca. Aunque Lorente advierte que «no es seguro que podamos obtener ADN en cantidad y calidad suficiente como para llegar a una conclusión», es optimista y, en todo caso, espera aportar datos a los historiadores. Para el profesor portugués Fernando Branco, que identifica a Colón con el corsario Pedro Ataíde, lo importante no es tanto si fue italiano, español o portugués, sino «conocer su vida, su verdadera historia».