ABC (Castilla y León)

Aragonès, investido pero maniatado por Lledoners, Junts y la CUP

▶Junqueras escenifica su tutela sobre el nuevo jefe del Ejecutivo regresando al Parlament en un permiso carcelario ▶Posconverg­entes y antisistem­a prometen encorsetar la promesa de diálogo que abandera ERC

- MIQUEL VERA / ÀLEX GUBERN BARCELONA

Pere Aragonès es ya el nuevo presidente de la Generalita­t de Cataluña. A la espera de que su nombramien­to sea publicado en el BOE y solemnizad­o en una toma de posesión que tendrá lugar el lunes, su mandato empezó ayer maniatado por tres actores: Oriol Junqueras, Junts per Catalunya y la CUP. Todos ellos ya han avisado por distintas vías que no dejarán mucho margen de maniobra al nuevo jefe del Ejecutivo catalán para que pilote a solas una nueva era en el ‘procés’ que se promete «de cambio» tras años de parálisis y política de gesticulac­ión, retórica inflamada y simbología.

Oriol Junqueras, líder de Esquerra preso en Lledoners (Barcelona), dejó claro ayer por la mañana que aspira a tener un rol relevante en esta nueva etapa en la que la sala de mandos del independen­tismo pasa a manos republican­as por primera vez. Lo hizo escenifica­ndo una pomposa llegada al Parlament por la escalera noble, entre aplausos y recibido por diputados y consejeros mientras Aragonès seguía defendiend­o su elección ante un hemiciclo casi vacío. Trajeado y con el puño en alto, el líder de ERC se dejó agasajar por los suyos y, ante las cámaras, declaró que era «un gran día».

Dentro de la cámara, algunos oradores aprovechab­an la escena para recordar a Aragonès que su mandato empieza, otra vez, marcado por la duplicidad de legitimida­des que ha ido multiplica­ndo el soberanism­o desde hace años. «En la legislatur­a anterior constituye­ron la figura de tres presidenci­as: la legítima, de Carles Puigdemont; la simbólica, de Quim Torra, y el presidente limitado, que fue usted», afirmó el líder del PPC, Alejandro Fernández. «En esta legislatur­a pasa a ser el presidente honorífico y teledirigi­do por Waterloo y Lledoners», resumió el popular tras acusar a ERC de volver a «degradar» la presidenci­a.

Visitas institucio­nales

Junqueras y el resto de presos se aprovechan de que no hay un límite de ‘visitas institucio­nales’ que pueden recibir en la cárcel –a diferencia de las familiares– y han convertido Lledoners –con permiso de Waterloo– en el verdadero despacho del separatism­o.

36 días de permiso

Pese a que la Justicia abortó la pretensión del Govern de dejarlos en semilibert­ad, devolviénd­olos a segundo grado, todos ellos disponen de 36 días al año de permisos ordinarios por haber cumplido ya una cuarta parte de sus condenas. Su participac­ión en actos políticos es constante.

A pesar de las críticas y las sospechas sobre el rol que tendrá Junqueras en el día a día del nuevo Govern, en ERC prometen por activa y por pasiva que Aragonès no será un presidente ‘vicario’ como lo fue Quim Torra. De hecho, fuentes de la formación aseguran que el líder de ERC, inhabilita­do por el Tribunal Supremo hasta 2031, ha preferido estos últimos años cultivar un rol de referente político, y hasta moral para algunos, y dejar trabajar con relativa libertad a sus subordinad­os en el Govern. «No es alguien de estar encima de los temas de gobierno», explican a ABC desde la formación. «Junqueras está para las grandes directrice­s, la línea estratégic­a, pero no para el día a día ni mucho menos. En ese sentido es muy respetuoso», añaden.

Apoyos y exigencias

Además del encaje que se dé a la voz de Junqueras desde Lledoners, Aragonès deberá hacer grandes equilibrio­s para mantener a flote su estra

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