Contra la leyenda del Pupas
▶ El Atlético, símbolo del sufrimiento, ha logrado esquivar su fatalismo con Simeone
Ingresa el Atlético en un callejón sin salida y en el sentimiento rojiblanco no cunde la idea del fatalismo. La eterna leyenda del Pupas, ese apelativo que se inventó el expresidente colchonero Vicente Calderón después del gol del Bayern de Múnich en la final de la Copa de Europa de 1974, no convive con el presente del equipo que se postula para ser campeón esta noche en Valladolid. Diez años de gobierno de Simeone han desterrado esa tendencia a la calamidad en el líder de la Liga, que acude a Pucela con la seguridad que le otorga la dinámica de una década en la que el equipo ha fallado muy pocas veces, y por la mínima.
En el memorándum del Atlético, sobran los motivos para el apodo de Calderón. El citado gol de Schwarzenbeck, la Liga que perdió en 1982 ante el Zaragoza por el terrible arbitraje de Álvarez Margüenda, la final de Copa de 1987 cedida en los penaltis ante la Real Sociedad, el penalti que falló Esnáider en la Champions 97 ante el Ajax, los cuatro goles de Vieri sin victoria en Salamanca, el penalti errado por Hasselbaink en Oviedo en el descenso a Segunda, el robo con la cabeza de Tamudo a Toni Jiménez en la final de la Copa 2000 y, el puñal más hiriente en la memoria del cholismo: el cabezazo de Ramos en Lisboa, minuto 93.
Heridas que nunca cierran del todo en la parroquia colchonera y que son parte de la historia lúdica de un club que es por encima de todo un sentimiento. Desde que Simeone está en el
Janko
Hervías
Carrasco
Hermoso
Masip
El Yamiq
Joaquín
O. Plano
L. Suárez
Saúl
Oblak
Bruno
R. Mesa
Weisman
Felipe
Correa
Koke
Giménez
Olaza
Jota
Llorente
Trippier
Liga Santander, jornada 38. Zorrilla. Sánchez Martínez.
Atlético ha desaparecido esa sensación, pese a dos finales de Champions perdidas contra el máximo rival, el Real Madrid. Tanto en Lisboa como en Milán, el Atlético compitió al máximo nivel, fue campeón durante muchos minutos en 2014 y solo perdió el título en 2016 en los penaltis.
Simeone ha desterrado esa palabra del vocabulario rojiblanco. Así lo expresó en una entrevista en beIN en 2016. «¿El Pupas? Yo nunca conviví en el Atlético con ese derrotismo. Reniego de esa situación», declaró el Cholo, una persona que se define por sistema como optimista.
También ayer esquivó cualquier atisbo de adversidad en su equipo cuando, en rueda de prensa, se le recordó el sufrimiento consustancial a las andanzas del Atlético. «Nosotros buscamos hacer el mejor campeonato posible, ser competitivos, que es lo mejor que hemos logrado en estos diez años. Es lo que quiero. Es un día importante y seguiremos luchando por lo que queremos».
La Copa en el Bernabéu
Salvo las dos Champions, que no es poca cosa, Simeone ha salido airoso del resto de partidos extremos que ha vivido en el Atlético. Acometió un ejercicio de supervivencia en la final de la Europa League en 2012, con los goles de Falcao ante el Athletic. Activó una de las mayores alegrías del mundo rojiblanco con la Copa del Rey que ganó en el Bernabéu frente al Real Madrid con los goles de Diego Costa y Miranda en 2013. Fue muy solvente en las
Supercopas ante el Chelsea (2013) y el Real Madrid (2018). Resolvió con propiedad el duelo con el Barcelona en pos de la Liga 2014 con el cabezazo de Godín. Y no falló, enganchado a Griezmann, en el penúltimo título de su escalera, la Europa League 2018 en Lyon.
Simeone siempre pide mente fría y expresa tranquilidad en los momentos de mayor dificultad o tensión. Lo hizo en la célebre pausa de hidratación ante el Osasuna. «Cabeza fría, el gol va a llegar». Llegó, Luis Suárez. Hoy confía en seguir en esa onda. «Hemos trabajado como todas las semanas... Es una final en la que dos equipos luchan por objetivos diferentes, pero en la que nos dejaremos la vida».
«Hemos logrado ser un equipo competitivo en los últimos diez años. Eso es lo que quiero»