El alma del campeón
▶ Conquista su segunda Liga en un curso endurecido por el coronavirus
Diego Simeone vuelve a conseguirlo. Siete años después del cabezazo de Godín que le dio su primera Liga como entrenador, ha ganado otra carrera de fondo a Real Madrid y Barcelona, gigantes a los que derriba por segunda vez desde que se sienta en el banquillo. Abrazado a su tradicional estilo coral, fiel a la filosofía de que el colectivo manda sobre las individualidades y partido a partido sin abandonar el traje negro, como en la foto de 2014 en el Camp Nou, el técnico brinda al Atlético de Madrid su Liga número once en una temporada endurecida por el coronavirus. Entregado al límite en cada cita, la falta de público no ha restado energía al Cholo, un apasionado del fútbol que nunca abandona la máxima que le guía: «Si se cree y se trabaja, se puede». Es Simeone, el alma de un equipo campeón.
Simeone y el Atlético han creído hasta el final y han aguantado la presión de Real Madrid y Barcelona, que han llevado al límite la pelea por el título. Por segunda vez desde su llegada, en diciembre de 2011, el argentino ha cruzado la meta por delante de dos de los más clubes grandes de Europa, una competencia que acentúa el éxito del entrenador más laureado en la historia rojiblanca. Ya ha abierto ocho veces una vitrina en la que ha depositado también la Copa del Rey, la Supercopa de España, dos Europa League y dos Supercopas de Europa. Con la Liga amarrada en Valladolid, el Cholo se convierte en el tercer técnico que luce un doblete liguero en clave colchonera, logro que ya consiguieron Ricardo Zamora y Helenio Herrera.
«Estoy feliz por un montón de gente, las sensaciones que me vienen es que en un año tan complejo, con tanta gente que nos dejó por el virus, que salga campeón el Atlético es diferente, fue un año difícil, como nuestra historia, y uno de los mejores años para salir campeón es este», afirmó ayer en Movistar tras ganar la ‘final’.
El paso de los años no ha cambiado la personalidad ni ha alterado el libro de Simeone, un técnico que no engaña. Solidez defensiva y aprovechar las ocasiones ha vuelto a ser la receta para ganar su segunda Liga, aunque el Atlético ha dado un salto de calidad con un mayor manejo de la pelota favorecido por la referencia ofensiva de Luis Suárez. El argentino ha encontrado en el uruguayo los goles que necesitaba para pelear por el título. El poder de convicción del técnico, condición que también muestra desde la banda, fueron determinantes para que el delantero aceptara mudarse al Metropolitano. Descartado por el Barça, el Cholo ha exhibido su habilidad para recuperar e ilusionar a futbolistas como el charrúa o a Lemar. Pero la aportación más decisiva desde la pizarra ha resultado la reinvención de Llorente, centrocampista reconvertido en atacante.
El factor psicológico
Simeone ha sorteado los momentos de duda y ha mantenido firme al equipo pese a las adversidades. En el sufrimiento, en los momentos de apretar los dientes, no ha desfallecido. Lesiones, bajas por coronavirus y una inhabilitación de Trippier no mermaron la moral de un entrenador que trabaja igual de bien el físico y la mente de sus jugadores. Un técnico que no mira el nombre, sino al hombre. Motivo por el que no se ha casado con Joao Félix, el fichaje más caro del club. Indiscutible en el inicio de curso, la pérdida de efervescencia de luso le ha condenado al banquillo en la segunda mitad de la Liga. No haber sabido enchufarle en ese tramo es uno de los debes en la labor de un técnico que ha hecho historia. No solo por dar al club otro campeonato, también por convertirse en el entrenador que más partidos ha dirigido a un equipo con el que también ganó el campeonato en su época como jugador.