El regalo del gol
▶ El delantero ha respondido con puntería e implicación a la apuesta que Simeone realizó por él para conquistar la Liga
La conquista de la Liga número once en la historia del Atlético de Madrid no puede entenderse sin los mordiscos de Luis Suárez en forma de goles. El delantero (34 años) salió por la puerta trasera del Camp Nou, pero con Simeone ha recuperado el foco en una temporada bipolar. Tras un inicio en el que los tantos fueron cayendo uno detrás de otro, se atascó en el último cuarto del campeonato, aunque el final ha sido feliz y el uruguayo ha terminado recuperando la sonrisa con la conquista de su quinta Liga en España. La más sufrida, la primera de color rojiblanco, otra muesca en el revólver del pistolero.
Goleador que abandonó el Barcelona a precio de ganga, con el colmillo retorcido
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JORNADAS y unas enormes ganas de reivindicarse, Luis Suárez ha resultado el regalo perfecto para Simeone, la figura clave al otro lado del teléfono a la hora de convencer al jugador de que, con su puntería, el Atlético de Madrid estaría en disposición de pelear por la Liga. Vaticinio cumplido en gran medida por la puntería de un delantero ilusionado y motivado desde el día de su debut, veinte minutos finales en el Metropolitano en los que noqueó al Granada con dos dianas y una asistencia. Toda una declaración de intenciones de las ganas de un jugador que ha acabado siendo determinante para la conquista de un campeonato que ha cerrado con una veintena de tantos. Su agónica diana ante Osasuna en la penúltima jornada valió media Liga. Ayer apuntaló una victoria de oro con su vigesimoprimer tanto. Acierto de campeonato.
Con lágrimas en los ojos y muy emocionado, el uruguayo se mostró agradecido al Atlético por la oportunidad brindada en un momento difícil para él. «Después de la situación que me tocó vivir, cómo me menospreciaron (en Barcelona), el Atlético me abrió las puertas. Por eso siempre voy a estar agradecido a este gran club, por confiar en mi», aseguró el delantero en Movistar.
El exazulgrana ha paliado la falta de gol que venía arrastrando el Atlético de Madrid en los últimos años porque Suárez ha sido el primer delantero capaz de superar las 19 dianas aportadas por Griezmann en la temporada 2017-18. Acierto que ha empujado al equipo madrileño a la segunda Liga en la era Simeone. El apagón goleador que sufrió a partir de finales de marzo, en la fase de mayor necesidad rojiblanca ante la presión de Real Madrid y Barcelona, terminó disparando la ansiedad del artillero. El acierto ante Osasuna cuando peligraba la Liga fue una liberación para su equipo, pero también personal.
Capacidad de sufrimiento
Superar el coronavirus a finales de 2020 y una lesión en abril, multiplicó la capacidad de sufrimiento de un jugador que con Simeone ha mejorado su implicación defensiva. Un goleador que se ha adaptado como anillo al dedo al espíritu batallador y solidario del Atlético de Madrid aunque en algunas tardes el físico no le dio para más. De la treintena de partidos jugados en la Liga, apenas completó un tercio de ellos.
Pero Suárez siempre será Suárez y vestido de rojiblanco tampoco ha abandonado ese fuerte carácter que ha marcado su carrera. Sonrisas irónicas, caras de pocos amigos y gestos de enfado acompañaron la salida por la banda en algunas de las sustituciones de un rematador que en el Atlético se ha vuelto a sentir plenamente valorado como futbolista. Mucho más con el respaldo de un nuevo título de Liga en su palmarés, el quinto en España.
Jornada 9
Tan fío y sobrio como desde su llegada al club en el verano de 2014, Jan Oblak ha sido un seguro de vida para el Atlético de Madrid, el señor de los milagros aunque ayer le superara Óscar Plano, un portero capaz de ganar puntos con estiradas y manos imposibles. Sus vuelos han sido decisivos en el camino a la conquista de una Liga que entra en la historia del club con varias fotos del esloveno como protagonista. Su figura se hizo más gigante aún ante Alavés y Elche, incapaces de marcarle de penalti en el tramo decisivo por el título, y el meta cierra el campeonato habiendo recibido 25 tantos. Una cifra que le convierte en Zamora de oro porque por quinta vez acaba el curso como el guardameta menos goleado en España, un registro solo alcanzado antes por Ramallets y Víctor Valdés.
Oblak, en Pucela
«Siempre estaré agradecido al Atlético, me menospreciaron y aquí me abrieron las puertas»