CON JUNQUERAS Y LOS ‘JORDIS’ EN PALAU El nuevo presidente aparca en su puesta de largo el ‘estilo Torra’
Pere Aragonès tomó posesión ayer del cargo de presidente de la Generalitat en un acto que supuso una cierta vuelta a la normalidad institucional tras la etapa de Quim Torra, quien durante su mandato buscó revestir la presidencia catalana de una excepcionalidad protocolaria y retórica diseñada para reforzar la figura de Carles Puigdemont como líder catalán «en el exilio». Ayer, en cambio, Aragonès evitó mencionar al expresidente huido, mantuvo distancias con Torra y esquivó en todo momento la palabra ‘independencia’ en una ceremonia que, con todo, tuvo un marcado tono soberanista escenificado con la presencia en el Palau de la Generalitat de los presos Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart y las apelaciones del nuevo presidente a la ‘República catalana’ y la ‘nueva Generalitat republicana’ que promete liderar. «Necesitamos desbrozar el camino, siendo conscientes de que, quien abre paso suele ser quien más se ensucia. Toca arremangarse sin miedo de los rasguños», expresó Aragonès en un escueto discurso tras prometer el cargo por la «voluntad popular del pueblo de Cataluña», sin apelar a la Constitución ni el Estatuto de Autonomía. Tras ello, juró avanzar hacia una Cataluña, «próspera, justa, verde, feminista y plenamente libre» ante un reducido auditorio que contó con la presencia del ministro Miquel Iceta y de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entre otros, pero no con los representantes de Ciudadanos, el PP y Vox en el Parlamento catalán.
Lluís Companys
Con su pomposa toma de posesión, Aragonès buscó dibujar una vuelta al boato que, tradicionalmente, ha revestido la presidencia catalana desde la restitución del autogobierno en la Transición. Además, para aumentar la carga simbólica de la cita y conectarla más con la ciudadanía –que pudo seguir el acto por TV3– el equipo del nuevo presidente dosificó ‘guiños’ que busca
Distancias En su discurso de toma de posesión, Aragonès evitó citar el 1 de octubre y al huido Puigdemont