Aristócratas del hachís: cae la red liderada por un ex Royal Navy
▶ Desde Sotogrande él y su pareja ucraniana manejaban un imperio social y económico
Un sesentón con náuticos, pantalón chino y polo de marca baja de su yate con dos bolsas de deporte y las lleva a su lujosa vivienda a solo unos metros. Tiene su amarre en la puerta de casa, en la exclusiva zona de Sotogrande (Cádiz). Sabe navegar, sabe vestir y sabe relacionarse. Si los agentes no lo conocieran encajaría con un millonario retirado al sol que acaba de pasar un día de navegación. Todo eso es verdad; también que es un gran narcotraficante: Robert Mark, 64 años, exmiembro de la Royal Navy británica, experto en submarinos nucleares y en tráfico de hachís vía marítima.
La Policía llevaba años tras Robert Mark sin poder demostrar nada. Ahora él y seis miembros de su organización están en prisión sin fianza. Antes de detenerlos a ellos y a otras tres personas les intervinieron un velero y un yate con hachís, más de una tonelada y media. En esta operación la cantidad de droga no es la clave, lo importante son los personajes. Llegar a ellos ha costado horas y horas de vigilancias, escuchas telefónicas, seguimientos y cruce de datos. Y no ha acabado.
Los ojos de la Sección Greco Costa del Sol (Policía Nacional) se fijaron primero en ella, una ‘reina del Sur’, una mujer ucraniana de 32 años que manejaba con mano de hierro la organización y tenía vínculos con la Costa del Sol. Supieron que ese grupo preparaba un envío de droga a Ucrania. La mujer pasaba mucho tiempo con un británico que le doblaba la edad. «Pensamos que era una amiga de su hija, pero es su novia», aclaran fuentes de la investigación. La ucraniana asesoraba, encabezaba reuniones de nivel, era experta en vigilancias y contravigilancias. El dúo perfecto. A través de ella, llegaron al ‘exnavy’, que ya les había dado esquinazo en otra ocasión. «Es un histórico, de los más cualificados, todo discreción, buenas relaciones, preparación de las operaciones sin dejar cabo suelto», señalan las fuentes. «No es el típico bruto, inculto y ostentoso. Metía la mercancía en veleros o yates que compraba el grupo pero como si fueran solo para el disfrute personal de Mark. Él los usaba para navegar y así generaba confianza en el puerto, entre los aduaneros, la Guardia Civil, todos».
Mark tenía sus propios atraques en Sotogrande pero para que no lo vincularan adquiría otros a pie de chalés. Ahí dejaban el hachís y lo iban sacando poco a poco. También alquilaba amarres que permitieran vehículos. Y luego la droga salía en bolsas de deporte de marca, nada de fardos ni ordinarieces evidentes. El británico, relacionado con organizaciones de su país y de Ucrania, tiene varias empresas dedicadas a la compraventa y alquier de embarcaciones y otras sociedades pantalla destinadas al blanqueo del dinero de la droga.
La operación comenzó en 2020. En agosto apresaron un velero en el puerto deportivo de Ceuta con casi 600 kilos de hachís; tres meses después un yate en Sotogrande con una tonelada. Mark les dio esquinazo. Su novia, vigilaba el transporte y lo alertó en el último momento.
Las relaciones con un grupo de individuos de Ceuta, desde donde se suministraba la droga, eran la base. Otro empresario de apariencia impecable como Mark cruzaba el Estrecho en su yate para las citas discretas en Cádiz. Se ha detenido a 10 personas e intervenido una pistola simulada, una táser, armas blancas, un dron, cinco coches y tres embarcaciones En el servicio de Policía Nacional ha colaborado Vigilancia Aduanera y la National Crime Agency, coordinados por la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar.