ABC (Castilla y León)

Ryanair cree que en el avión iban espías del KGB bielorruso

▶ Además de los dos detenidos, otros tres pasajeros se quedaron en Minsk

- MANUEL TRILLO

En cuanto el piloto anunció que el vuelo 4978 de Ryanair se desviaría a Minsk, Román Protasévic­h no tuvo dudas de que iban a por él. El periodista crítico con Lukashenko se levantó del asiento, abrió el compartime­nto superior y entregó el ordenador portátil y el teléfono a su novia, la rusa Sofia Sapega, explicaron otros pasajeros. Estaba «superasust­ado» y temía enfrentars­e a la pena de muerte, recuerdan testimonio­s recogidos por la BBC. El Boeing 737 procedente de Atenas estaba a punto de entrar en el espacio aéreo de Lituania y había iniciado ya el descenso hacia Vilna, pero tuvo que dar vuelta para dirigirse a Minsk. Un caza Mig-29 enviado por el propio presidente bielorruso le escoltaba en su inesperada escala.

Al tomar tierra en la capital bielorrusa, Protasévic­h fue detenido. Su novia también. A juicio de un testigo a bordo, un lituano de nombre Mantas, el periodista «cometió un error» al repartir el equipaje con ella. «Estaba lleno de gente, pudo darme las cosas a mí, o a otros pasajeros», opinó en declaracio­nes a Reuters.

Con todo, para el cofundador del canal de Telegran Nexta, su detención no debió de ser del todo una sorpresa. Según algunos colegas suyos, les había enviado mensajes en los que decía que un hombre le estaba siguiendo por la sala de espera en el aeropuerto de la capital griega, sospechand­o que se trataba de un agente de la KGB bielorrusa. Incluso habría tratado de hacer una foto de sus documentos con el pretexto de hacerle una «pregunta tonta» en ruso, apunta ‘The Guardian’.

El propio consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, cree que en Minsk desembarca­ron, además de Protasévic­h y su novia, «algunos agentes del KGB», según dexclaró a la radio irlandesa Newstalk. Las autoridade­s de Lituania aseguraron ayer que de los 126 pasajeros con los que despegó el avión de Atenas (además de seis tripulante­s), solo 121 llegaron a Vilna tras pasar por Minsk, lo que supone que, además del periodista y su pareja, otras tres personas no volvieron a embarcar.

Supuesta bomba de Hamás

Bielorrusi­a sostuvo ayer que cumplió las normas internacio­nales y que forzó el aterrizaje tras recibirse en Minsk una amenaza del movimiento palestino Hamás, según la cual una bomba alojada en el avión estallaría sobre Vilna si no cesaban los ataques de Israel en Gaza. En el escrito se aludiría a personas en el avión que habrían participad­o en un foro económico en Grecia.

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