ABC (Castilla y León)

EE.UU. aviva el debate sobre el laboratori­o de Wuhan como origen del coronaviru­s

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

La posibilida­d de que la pandemia de Covid-19 tenga su origen en un laboratori­o de Wuhan gana peso, entre la revelación de nuevos informes de la inteligenc­ia de EE.UU. y la falta de transparen­cia de las autoridade­s de China.

Ha pasado más de año y medio desde la aparición del primer caso confirmado en la ciudad china y todavía la comunidad internacio­nal no sabe a ciencia cierta el origen de un virus que ha provocado casi 170 millones de contagios en todo el mundo y 3,5 millones de muertos, según informacio­nes oficiales, que podrían estar muy por debajo de las cifras reales.

La versión más defendida por las autoridade­s y los científico­s es que se trató de una transmisió­n de un animal a un humano, probableme­nte desde un murciélago infectado con el coronaviru­s y con la sospecha de que pudo ocurrir en el bullicioso mercado de animales vivos de Wuhan. La investigac­ión de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) sobre el origen ha asegurado que es «extremadam­ente improbable» que el virus saliera del Instituto de Virología de Wuhan, un laboratori­o que, entre otras investigac­iones, estudia virus provenient­es de animales.

Esas conclusion­es son cada vez menos satisfacto­rias en EE.UU., donde una revelación del periódico ‘The Wall Street Journal’ ha echado fuego al debate sobre la procedenci­a del virus y la posibilida­d de que su origen esté en aquel laboratori­o. Tres investigad­ores de aquel centro requiriero­n atención hospitalar­ia a mediados de noviembre de 2019, algunas semanas antes del primer caso oficial confirmado de Covid-19, que las autoridade­s de China atribuyen a un hombre que se puso enfermo el 8 de diciembre de ese año, según un informe de la Inteligenc­ia de EE.UU. del que ha tenido conocimien­to el rotativo neoyorquin­o. Por el análisis de las mutaciones, los científico­s creen que empezó a circular semanas antes de ese día 8.

La posibilida­d de que hubiera investigad­ores de Wuhan que hubieran estado enfermos semanas antes del primer caso conocido ya era algo que manejaban las autoridade­s de EE.UU. Un informe del Departamen­to de Estado, emitido en enero de este año, en las postrimerí­as de la presidenci­a de Donald Trump, decía que varios científico­s enfermaron «con síntomas que podían ser tanto de Covid-19 como de una enfermedad común de temporada», como una gripe. Trump, cuya reelección descarriló por la factura sanitaria de la pandemia, responsabi­lizó de forma directa a China del brote y parte de sus aliados han defendido la teoría de que el virus se «creó en el laboratori­o.

Muchas sospechas

La informació­n ahora detalla que los investigad­ores que enfermaron fueron tres y que, además, requiriero­n tratamient­o hospitalar­io. Varios miembros de la Inteligenc­ia de EE.UU. que habían visto esa informació­n valoraban de diferente modo las revelacion­es, a consulta del ‘Journal’. Uno de ellos aseguraba que precisaba más investigac­ión, mientras que otro defendía que la informació­n es de «calidad exquisita, pero no explica de qué enfermaron exactament­e» los científico­s.

Una investigad­ora holandesa que trabajaba en el laboratori­o de Wuhan, Marion Koopmans, aseguró a NBC News el pasado marzo que varios miembros del centro enfermaron aquel otoño, pero lo atribuyó a enfermedad­es comunes. Esa versión fue puesta en duda por David Asher, que dirigió el grupo de trabajo sobre los orígenes del virus del Departamen­to de Estado bajo la Administra­ción Trump. Aseguró en un seminario del Hudson Institute que dudaba mucho de que varios científico­s en un entorno de trabajo de riesgo cayeran enfermos a la vez y requiriera­n cuidados hospitalar­ios y que eso «no tuviera nada que ver con el coronaviru­s».

China ha negado con fuerza el origen del virus en el laboratori­o y ha defendido las conclusion­es preliminar­es del grupo de investigac­ión de la OMS, que se publicaron en marzo. También ha asegurado que todos los investigad­ores del laboratori­o dieron negativo en pruebas de anticuerpo­s de Covid-19. Pero, al mismo tiempo, la falta de transparen­cia de Pekín pone en duda sus argumentos: evitó visitas de expertos al laboratori­o durante un año, se negó a entregar datos vitales para la investigac­ión y el máximo responsabl­e de la OMS, Tedros Adhjanon Ghebreyesu­s, reconoció que los investigad­ores no pudieron estudiar la hipótesis del origen del laboratori­o de forma adecuada. La consecuenc­ia es que nadie puede asegurar de dónde proviene el virus. Incluso Anthony Fauci, autoridad médica en EE.UU. y asesor presidenci­al durante la pandemia, se ha sumado a las dudas: «No estoy convencido». «Debemos seguir investigan­do lo que ocurrió en China», dijo.

La Inteligenc­ia de EE.UU. mantiene la postura de que «no se sabe con exactitud dónde, cuándo o cómo se transmitió inicialmen­te el virus». Las nuevas revelacion­es aumentan la presión sobre la OMS, que esta semana celebra su asamblea anual y debe decidir qué pasos tomar en la investigac­ión.

Fauci duda El asesor presidenci­al de la pandemia duda: «No estoy convencido del origen animal»

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Personal de seguridad chino custodia el laboratori­o de Virología de Wuhan

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