Singapur, de oasis al pánico
En Asia ven «temerario y precipitado» el proceso de apertura iniciado en Estados Unidos y Europa
Hace tan solo una semana, en Singapur, los restaurantes seguían llenos, los centros comerciales estaban en plena ebullición y los niños jugaban en los patios de los colegios. Las mascarillas y el registro obligatorio a la entrada de todos los recintos era prácticamente el único legado de la crisis sanitaria desatada por el SARS-CoV-2 en la ciudad-estado asiática.
Hace escasos siete días, Bloomberg acababa de nombrar a Singapur «el mejor país del mundo» para vivir durante la pandemia, y muchos ciudadanos empezaban a pensar en unas vacaciones en Hong Kong, Australia y Nueva Zelanda, países con los que se estaban negociando «burbujas» de viaje sin necesidad de cuarentena.
Sin embargo, en tan solo unos días la situación ha dado un vuelco extraordinario, con 24 focos de Covid-19 y numerosos casos de origen desconocido dentro de la comunidad local. Gran parte de estos casos detectados contienen la variante india, mucho más virulenta y contagiosa que las anteriores mutaciones del virus.
Perder el esfuerzo realizado
El primer ministro, Lee Hsien Loong, quien al comienzo de la crisis sanitaria se dirigió a la nación en varias ocasiones a través de la televisión, ha preferido esta vez romper su silencio aprovechando su presencia –virtual– en una conferencia internacional. Durante su intervención, el primer ministro avisó de que «Singapur no puede permitirse perder el esfuerzo realizado hasta ahora contra la pandemia», al tiempo que hizo un llamamiento a la población para que «asuma su responsabilidad colectiva ante lo que está en juego».
No es solo Singapur. A este país se suma el resto del sureste asiático donde la variante india está haciendo estragos. La vecina Malasia acaba de decretar un régimen de semiconfinamiento después de que esta semana registrara cifras récord de contagiados y de muertos desde el inicio de la pandemia. Taiwán, que había sido también ejemplo de gestión de la crisis, ha ordenado el cierre de colegios y ha cerrado sus fronteras a todos los visitantes extranjeros.
Más preocupante es la situación en países como Vietnam e Indonesia, con una población de 90 y 200 millones de habitantes respectivamente, mayoritariamente rural, y gobiernos con escasos recursos. Asimismo, en Camboya,
Tailandia y Filipinas se está produciendo un rápido incremento en el número de casos de Covid-19, muchos de ellos circulando de manera silenciosa entre sus ciudadanos, ante la carencia de medios para detectarlos y tratarlos.
Aunque aún se conoce poco sobre la variante india, la comunidad sanitaria ha alertado en Singapur de que es mucho más contagiosa que otras mutaciones y se transmite más fácilmente. Consideran probado, además, que el virus se propaga también a través del aire. Los pacientes muestran un cuadro más grave, y tiene una mayor incidencia entre la población joven e infantil.
«La única diferencia es que las personas que han completado la vacunación, aunque se infectan y siguen siendo contagiosas, presentan síntomas más leves», aseguraba recientemente un médico de UCI de un hospital singapurense.
Pruebas masivas
Las autoridades, que han puesto en marcha una campaña pública para reforzar el uso de mascarillas quirúrgicas entre la población, han empezado a hacer pruebas masivas en la comunidad para detectar casos asintomáticos de Covid y han acelerado el programa de vacunación, que marchaba a un ritmo más lento de lo esperado por la aversión de sus ciudadanos.
A fecha de hoy, en Singapur un 30 por ciento de la población ha recibido la primera dosis de la vacuna y el Gobierno acaba de autorizar la inoculación de menores de entre 12 y 15 años. Esta cifra está muy alejada de la que se maneja en el resto de los países del sureste asiático, donde, por ejemplo en Vietnam, apenas el uno por ciento de sus ciudadanos han recibido su primer pinchazo.
Con un ritmo de vacunación mucho más acelerado en Estados Unidos y Europa, estos países han iniciado un proceso de apertura que en el continente asiático se califica de «precipitado y temerario». En el Reino Unido, la variante india está cerca de convertirse en la dominante en los nuevos casos detectados dentro del país, que vuelven a aumentar pese a las estrictas medidas de confinamiento que han sufrido durante meses.
En España solo se han registrado una decena de casos, pero la velocidad de contagio vista en la región del sureste asiático es una señal de que la pandemia es todavía una realidad que sigue estando muy presente en todas las regiones.