Cristóbal Halffter, el humanista que cambió la música española del siglo XX
▶ El compositor, fallecido a los 91 años, mostró una constante inquietud intelectual
El apellido Halffter delimita un espacio fundamental en la historia moderna de la música española: los hermanos Rodolfo y Ernesto destacaron en la generación previa a la Guerra Civil. El primero se exilió en México, dedicándose a la enseñanza y a componer música sólidamente armada. El segundo prefirió acercarse a la España vencedora para dejar un legado musical con destellos. Pero es el sobrino, Cristóbal Halffter, el que definitivamente confiere al apellido una dimensión absoluta desde que en los años cincuenta participa de la ‘cultura de la disidencia’ como proyecto artístico y vital para un primer impulso de inconformismo. Halffter (ya no hay duda de que el apellido representa a Cristóbal) siempre estuvo en el lugar exacto y en el momento justo, dispuesto a consolidar una imagen artística comprometida, que ya entonces se alababa como referencia de futuro. Más allá de cualquier circunstancia particular, el argumento explica que Halffter se instala con una fuerza inusitada en el mundo musical por su condición de músico innato, su muy sólida preparación técnica y una constante inquietud intelectual.
Primer escándalo
El propio compositor disfrutaba recordando que ‘Cinco microformas’ (1960) fue el primer gran escándalo de la música española. El catálogo se expande desde entonces con sentido proteico y formidable proyección internacional refrendado por la Universal Edition y, más tarde, la conservación de su archivo privado en la Paul Sacher Stiftung de Basilea. Halffter encuentra un ensamblaje imprescindible en principios humanistas y en una dimensión social no exenta de actuación política. ‘Yes, Speak Out, Yes’ (1968), encargo de la ONU estrenado en su sede neoyorquina, es un punto de inflexión como coartada artística perfectamente asimilable a la objeción de conciencia que inspira ‘Gaudium et Spes-Beunza’ (1973), o las ‘Elegías a la muerte de tres poetas españoles” (1975) –Machado, Hernández, Lorca– duro y agresivo retrato en el final de franquismo como fin a una etapa creadora.
Es evidente el potencial expresivo de la orquesta en la obra de Halffter, la naturaleza inaudita de un medio que facilita la expresión entre límites (lo fortísimo y el pianísimo), que asume lo complejo (sus manuscritos son una creación gráfica en sí mismos) y lo afilado, y que en su totalidad transmite una formidable tensión nacida de un material que es reflejo de una mente racionalmente ordenada y visceralmente explosiva. El impresionante espacio del silencio descrito en el sexteto de cuerda ‘Endechas para una reina de España’ (1994) señala la calidad de un autor que no dejó género sin practicar incluso exhaustivamente, en este caso la música de cámara. Pero alerta, también sobre la constante presencia de mitos universales. Aquí es Juana la Loca, Goya en las ‘Pinturas negras’ (1972), Cervantes en ‘Don Quijote’, primera de sus óperas y demostración palpable de que el concepto, la idea, están por encima de cualquier intención narrativa o la simple descripción. La historia española inserta en una tradición culta –que dio pie al discurso de ingreso en Bellas Artes a partir del pensamiento de Zubiri–, lleva a ‘Versus’ (1983), al éxito popular del ‘Tiento de primer tono y batalla imperial’ (1986); incluso al también famoso ‘Preludio a Madrid’ 92’ sobre el fandango de Soler. En una perspectiva universal está el cuarteto 11, el último estreno al que asistió, en la Fundación Juan March en diciembre de 2020.
Entre estos títulos hay creaciones más inmediatas, pero no por ello menos coherentes pues solo en el propósito de una idea común puede tener
Cristóbal Halffter, en Valencia en 2009