Mi Atleti ya no es mi Atleti
Al ver una nueva copa en la vitrina de mi Atleti, me alegro más por mi sobrino que por mí, aunque me da miedo que se aburguese futbolísticamente.
A mí ya se me pasó la efervescencia del fútbol. El ‘show bussiness’ ha derrotado al sentimiento por los colores, y a la ilusión de ir al estadio a ver un partido, porque ahora se pueden ver todos desde casa; a la liturgia de acudir al campo con frío, lluvia o calor y, sobre todo, al respeto por dejar como equipo, como club y como afición, los colores por lo alto.
Ahora el fin justifica el medio, y para mí el medio es un juego noble y sano, no el ‘resultadismo’ (alias cholismo). Me alegro por otro triunfo, pero esto ya tiene poco de mi Atleti, de mi equipo modesto, de mi deporte, de mi infancia.
En cualquier caso, ¡aúpa Atleti!, como diría mi madre, o forza Atleti, como diría yo hace cuarenta años.
Y si me tengo que quedar con algo de este título me quedo con la imagen de Luis Suárez llorando en el campo, porque transmite el mensaje de que no todo es el dinero en esta vida, de que disfrutar con lo que haces es más importante, y de que hay que creer en uno mismo, incluso cuando en tu tierra hayas dejado de ser el profeta que fuiste.
A propósito de los indultos, me viene a la memoria cuando el cura de mi pueblo nos explicaba las condiciones para hacer una buena confesión. De las cinco condiciones, después del arrepentimiento, hacía hincapié en el ‘propósito de la enmienda’, y para que lo comprendiéramos mejor nos contaba la siguiente fábula: «Cuando estaba un lobo confesándose de haberse comido tres corderos, vio pasar por delante de la puerta dos corderos. De inmediato, cambió de opinión y confesó que eran cinco los que se había comido. El confesor, sorprendido, le pregunta: ¿cuántos son de verdad, tres o cinco? El lobo dice que ya se había comido tres, pero que cuando terminara la confesión se iba a comer los dos que pasaron, con lo cual serían cinco».
Y digo yo, estos golpistas han sido sentenciados y condenados por el golpe contra el Estado, por eso están en la cárcel, y no solo no se han arrepentido, sino que han afirmado que lo volverán a hacer. Ahora Su Sanchidad, ¿los indultará por lo que ya han delinquido o ya, para evitar nuevos trámites, también lo hará por lo que piensan hacer? Ya puestos, que lo haga todo de golpe.
España al líder del Frente Polisario sin informar a Marruecos.
También le recuerdo al presidente del Gobierno, tema ya manido, que si eres el mejor amigo de alguien y llegas al poder, lo primero que tienes que hacer es visitarlo y reivindicar esa amistad. En resumen, otra vez nos vende la burra, crea una crisis política con su vecino más importante y ahora le hace la pelota. Este presidente no tiene límites ni vergüenza.
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