POSTALES
Tras su intento de hacerse con el control de la Justicia, el Gobierno intenta hacerse sitio entre los empresarios
PENSABA escribir hoy sobre el indulto de los condenados por la intentona del 1-O, pero veo que mis colegas lo hicieron ayer cumplidamente. Habrá indulto pese a ser gracia a otorgar solo en casos excepcionales, pese a que tanto la Fiscalía como el Tribunal Supremo se oponen, y pese a que los reos solo han cumplido una parte mínima de la pena y no se han arrepentido de su delito ni prometido no reincidir, condiciones que, como el valor a los militares, se les supone. Es más: advierten de que lo intentarán de nuevo.
Lo habrá porque el presidente del Gobierno tiene la esperanza de que ese indulto será en cierto modo también para él, al permitirle aplazar la segunda demanda de los secesionistas: un referéndum de independencia, algo que no está en sus manos conceder, pues de estar, quién sabe lo que haría. ¿O tiene preparada una contraoferta: un referéndum sobre un estatuto que incluya los recortes que le hizo el Tribunal Constitucional? Es muy capaz.
De ahí que prefiera abordar un tema poco tratado, pese a su importancia: la aparición de una nueva patronal, Conpymes, Confederación Nacional de Pymes y Autónomos, en abierta competición con Cepymes, Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas, y ATA, Federación Nacional de Autónomos, por no hablar de la CEOE, la gran patronal, que engloba a 4.500 organizaciones empresariales. Conpymes aglutina a poco más de 30. Pero tiene algo más importante: el patrocinio del Gobierno, como demostró que tanto la esposa del presidente del Ejecutivo, Begoña Gómez, como la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, asistieron a la presentación.
Todo apunta a que, tras su intento de hacerse con el control de la Justicia a través del Consejo General del Poder Judicial, que le ha valido la advertencia de Bruselas, el Gobierno de Pedro Sánchez intenta hacerse sitio entre los empresarios, justo en vísperas de que lleguen los primeros fondos europeos, que habrá que repartir, y ya conocen el dicho de «el que parte y bien reparte se queda con la mejor parte». Que Conpymes sea insignificante al lado de las otras ‘patronales’ no impedirá que se lleve buena parte de esas subvenciones, lo que ha alertado al resto, los sindicatos incluidos, que no quieren recibir menos. Incluso pueden alegar que, precisamente por ser pequeña, necesita más ayuda.
Controlarlo todo es la vocación de la izquierda. Allí donde pueda, nada escapa a su inspección. Si pudiera, desde los flujos del capital hasta la venta de pipas, pasando por las asociaciones profesionales estarían bajo su férula, «para bien del pueblo», desde luego. El problema es que siempre terminan arruinando a países y ciudadanos.