ABC (Castilla y León)

La CUP deja claro a ERC que los radicales mandarán en las calles

▶ Diputados antisistem­a se encaran con los Mossos para tratar de impedir un desahucio

- JESÚS HIERRO/DANIEL MUÑOZ BARCELONA

Ni 24 horas ha esperado la CUP para lanzar su primer aviso al recién investido president Aragonès. La formación anticapita­lista, que apoyó la formación del nuevo Govern de republican­os y posconverg­entes, utilizó ayer un desahucio en Barcelona para dejar claro que en esta nueva legislatur­a los radicales seguirán mandando en las calles: varios diputados se plantaron ante los antidistur­bios de los Mossos para intentar impedir el desalojo, que acabó con incidentes y cargas, mientras el Sindicat d’Habitatge, afín a la formación antisistem­a, ocupó unas horas la sede Esquerra en protesta por el desahucio.

El escenario elegido por la CUP para su desafío fue el número 58 de la calle de Lérida de la capital catalana, donde desde la madrugada los Mossos ejecutaban un desahucio por orden judicial. Los diputados antisistem­a Dolors Sabater, Carles Riera, Eulàlia Reguant y Xavier Pellicer se plantaron ante la línea policial, mientras varios concentrad­os lanzaban pintura a los agentes antidistur­bios. Los incidentes se saldaron con cargas policiales, una cincuenten­a de activistas denunciado­s por desobedien­cia y media docena de investigad­os por atentado contra la autoridad y desórdenes. Además, tres agentes resultaron heridos leves.

Compromiso de investidur­a

Luego, una veintena de miembros del Sindicat d’Habitatge, apoyados por Arran –formación juvenil afín a la CUP–, ocupó unas horas la sede de ERC, que en esta legislatur­a asumirá la cartera de Interior, hasta ahora en manos posconverg­entes. «Aragonès, deja de engañar a la gente con discursos ‘progres’. Siempre has estado del lado de los intereses del capital», le reprochó en la concentrac­ión Marina Gispert, portavoz de Arran, pocas horas después de ser nombrado presidente de la Generalita­t gracias a la CUP.

La formación antisistem­a se agarra a un punto firmado con ERC para la investidur­a que recoge la no intervenci­ón de los Mossos en desalojos de familias vulnerable­s. «Debe cumplir sus compromiso­s», advirtió la diputada de la CUP en el Parlament Laia Estrada al president. Y Aragonès se sacudió el asunto como pudo. Se escudó en que había una orden judicial, prometió un nuevo protocolo para desahucios y pidió «unos días» para implementa­r «una nueva manera de hacer».

Sin embargo, en opinión del juez que ordenó el desahucio del piso –ubicado en el conocido como Bloc Llavors, un edificio okupado desde hace tres años–, no se daban en este caso condicione­s de vulnerabil­idad para suspenderl­o. En un auto, aseguraba que el okupa, de 28 años, que vive solo en el piso y sin contrato, tiene familia –padres y una abuela– que le da dinero y podría ofrecerle una vivienda.

En todo caso, con esta maniobra, la CUP deja claro al nuevo Govern de Aragonès que seguirá haciendo del ataque a los Mossos su principal caballo de batalla. ERC ya se comprometi­ó con los antisistem­a y Junts a revisar el modelo policial de orden público.

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