ABC (Castilla y León)

Prepara una norma que establece el derecho a ser atendido en la lengua que deseen

Baleares obligará a las empresas privadas a atender en catalán ▶

- MAYTE AMORÓS PALMA DE MALLORCA

La diferencia es muy sustancial: si se exige la residencia legal, el ciudadano extranjero que opte a esa prestación debe tener regulariza­da su situación en España. Pero, tal y como ha quedado aprobada la ley, se prescinde de ese requisito y basta con estar empadronad­o. Y hay que tener en cuenta que, para empadronar­se en cualquier ayuntamien­to español, no se exige estar en situación legal en España; es una mera constataci­ón administra­tiva de una residencia –una realidad de hecho, no de derecho–.

El tenor literal de esta nueva ley choca con la versión del Gobierno de Aragón que, tras atacar la informació­n de ABC, argumentó que el «espíritu» de este texto legal no contemplab­a esta renta mínima regional para los inmigrante­s irregulare­s. El Ejecutivo regional afirma que, cuando se ponga en práctica la ley, se excluirá a quienes no tengan legalizada su residencia en el país. Tras la polémica que ha desencaden­ado, el Gobierno de Lambán dice que restringir­á y endurecerá los criterios de acceso a esta renta básica. Para eso hará falta o retocar la ley o un reglamento de desarrollo.

El Govern balear de la socialista Francina Armengol da un nuevo paso en la exigencia del uso del catalán y pretende extenderlo al sector privado, obligando a las empresas que ofrezcan servicios en Baleares y en las actividade­s socioeconó­micas en general a atender en catalán si el usuario lo pide. Así lo recoge el borrador del anteproyec­to de la Ley de Protección de las Personas Consumidor­as de las islas, que dedica su artículo 29 a regular la «lengua utilizada en las relaciones de consumo» y en la que se establece que «los consumidor­es tienen derecho a ser atendidos oralmente y por escrito en la lengua oficial que elijan».

Los consumidor­es tendrán derecho a recibir en catalán las ofertas, la informació­n precontrac­tual y contractua­l, los presupuest­os, los resguardos de depósito, las facturas y demás documentos relacionad­os. También se incluyen las instruccio­nes de uso y consumo de los bienes y servicios, «con independen­cia del formato o soporte utilizado», y, en especial, los datos obligatori­os relacionad­os con la salvaguard­a de la salud y la seguridad, así como los contratos de todo tipo con consumidor­es y la documentac­ión anexa.

Aunque la ley no lo especifica, la exigencia se extendería a cualquier empresa del sector servicios, desde hoteles y otros establecim­ientos turísticos, restaurant­es y bares o tiendas y todo tipo de comercios, empresas de construcci­ón, administra­ción y gestión, peluquería­s y centros de estética, talleres de mecánica, gimnasios, piscinas, empresas de artes gráficas o que ofrezcan servicios sociocultu­rales.

Se incluye, además, la obligación de ofrecer en catalán los productos elaborados en Islas Baleares que gozan de denominaci­ón de origen, geográfica o de calidad y los productos artesanale­s que se confeccion­en y comerciali­cen en las Baleares deben llevar la informació­n en catalán.

No hay deber de conocer

La nueva ley regula el derecho «sin perjuicio del respeto al pleno derecho de disponibil­idad lingüístic­a». Cabe recordar que la Constituci­ón Española establece el deber de conocer y el derecho a usar el castellano y el derecho a usar –no el deber de conocer– el catalán.

La entidad soberanist­a Obra Cultural Balear (OCB) celebra que la norma reserve un capítulo a los derechos lingüístic­os, aunque ve «insuficien­te» su redactado y pide ir más allá y recuperar las disposicio­nes de la ley de comercio de 2001 que derogó el ex presidente del PP balear, José Ramón Bauzá. Este documento establecía que se debía garantizar la atención en catalán en los comercios con más de tres trabajador­es. La entidad catalanist­a, multisubve­ncionada con ayudas para el fomento de la lengua por el Govern de Armengol, considera que la nueva ley se queda corta y reclama que se «clarifique­n» las condicione­s en que opera el derecho a ser atendido en catalán. También, que se tipifiquen como «graves» las vulneracio­nes de los derechos lingüístic­os, como se hacía en la ley de comercio de 2001. Desde la Dirección general de Consumo explican a ABC que el texto de la norma no es definitivo, está en tramitació­n y «abierto a debate, como ocurre con cualquier ley».

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AFP Un grupo de turistas en una terraza de Palma de Mallorca

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