ABC (Castilla y León)

PP y Vox, una relación de dos caras en Andalucía y Madrid

▶ La crisis de Ceuta ha abierto una ruptura y una tensión con Moreno que no existe con Díaz Ayuso

- IGNACIO S. CALLEJA MADRID

El 10 de enero de 2019, PP y Vox cerraron un acuerdo histórico que, más allá de llevar a Juanma Moreno al Palacio de San Telmo, sentó las bases y marcó el camino a seguir para dos partidos condenados a entenderse. Pasado este tiempo, con réplicas del pacto en otras regiones, la necesidad de convivir es prácticame­nte la misma, pero los escenarios son muy dispares. La diferencia entre Madrid y Andalucía es un ejemplo muy evidente, representa­ción de las dos caras de una misma moneda. Al tiempo que la formación que lidera Santiago Abascal bloqueó a Moreno esta semana una ley clave y habla incluso de la necesidad de adelantar las elecciones, la relación con Isabel Díaz Ayuso tiene menos aristas y la situación es más sosegada. La crisis migratoria de Ceuta, no obstante, ha agitado aún más su coexistenc­ia.

La relación de Vox con los populares andaluces se ha degradado a pequeños pasos desde la investidur­a, hasta el punto de que anteayer tumbaron uno de los proyectos estrella de Moreno. La formación de Abascal, cuyo portavoz es ahora Manuel Gavira, se abstuvo en la enmienda a la totalidad presentada a la Ley de Impulso para la Sostenibil­idad del Territorio en Andalucía, y los votos de PP y Ciudadanos fueron insuficien­tes frente a la suma de Adelante Andalucía, PSOE y los Anticapita­listas de Teresa Rodríguez.

El tema a tratar no era menor. La norma fracasada aspiraba a modificar todo el urbanismo en la región y regulariza­r algunas anomalías en materia de suelo, arrastrada­s de los gobiernos socialista­s. Como informó ABC de Sevilla, Vox también se negó a convalidar un decreto para aprobar una línea de subvencion­es destinada a las entidades locales autónomas y una prórroga de ayudas al sector turístico.

La posición de Vox, en cualquier caso, no fue una sorpresa. El partido ya había amenazado con este extremo y la crisis migratoria en Ceuta fue el detonante. El hecho de que Andalucía vaya a acoger a trece de los menores extranjero­s no acompañado­s (menas) que cruzaron ilegalment­e la frontera la semana pasada se unió –explican en el partido– a los «incumplimi­entos reiterados» del Gobierno de PP y Cs en los dos últimos años. «Tienen que saber que el apoyo no es incondicio­nal y que los acuerdos están para cumplirlos», aseguran a ABC.

Lo ocurrido en Ceuta es uno de los temas fundamenta­les de esta brecha abierta en el centro-derecha. La semana pasada, tras la visita de Abascal, todos los portavoces en la ciudad autónoma –con la única excepción de Vox– firmaron una declaració­n institucio­nal contra el mitin que había convocado para evitar una «innecesari­a y preocupant­e excitación del estado de ánimo de la población en general». Ayer, la situación fue a más. El presidente Juan Vivas (PP) suspendió un pleno después de que el portavoz de Vox, Carlos Verdejo, y el consejero de Medio Ambiente, Yamal Dris (PP), se enzarzaran en un cruce de reproches e insultos. «Usted es un sinvergüen­za y con este tipo de gente no se puede, es un fascista», espetó el diputado popular.

Casos diferentes

Habida cuenta de que la Comunidad de Madrid acogerá a otros veinte de los menores que entraron en Ceuta, la pregunta es inevitable. ¿Las diferencia­s entre ambos partidos afectarán también a la relación con Ayuso? Fuentes de Vox aseguran que no existe comparació­n porque la situación es completame­nte distinta.

La explicació­n remite a que en Andalucía sí se firmaron una serie de actuacione­s y medidas a ejecutar y en Madrid no, sin mayor compromiso que votar a favor de la presidenta popular para que no gobernase la izquierda. «En Madrid no hemos pedido nada», añaden. En el caso del pacto con Moreno, matizan, echan en falta que aborde algunos compromiso­s como la supresión del tercer canal autonómico, además de la «línea roja» de los inmigrante­s que serán recibidos.

Más allá de las obligacion­es o la problemáti­ca en torno a los menas, lo cierto es que hay otra clave: el panorama que dibujó el 4 de mayo. Cualquier pulso con Ayuso sería casi inerte porque el PP no necesita tanto de Vox en Madrid como en Andalucía. La victoria popular, con más diputados que toda la izquierda junta (65 frente a 58), significa que Vox solo podría hacer daño al Ejecutivo regional si vota con Más Madrid, PSOE y Podemos. Hace solo unos meses, con Cs en Sol, su posición era tan importante como en la Junta.

El trato, no obstante, es bueno. Una prueba de ello es que Isabel Díaz Ayuso ya ha dejado claro que su intención es que el grupo que encabeza Rocío Monasterio tenga un sitio en la mesa de la Asamblea, si bien por representa­ción (13 escaños) no le correspond­e. «Hay una buena predisposi­ción», apuntan desde el equipo de la presidenta. De hecho, ya ha habido algunos movimiento­s que se reconocen como guiños a los de Abascal, como reducir el número de consejería­s o modificar la ley de Telemadrid. La realidad es que Madrid, en este momento, es una suerte de isla en la relación.

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ABC Yamal Dris (PP), con corbata verde, se enzarza con Carlos Verdejo (Vox), ayer, en el pleno de Ceuta

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