Todos los hombres del presidente
Al margen de la opinión de los columnistas, cuyas reflexiones dan pie a la controversia y animan esta sección dominical, los editoriales no dejan de generar debate y, de vez en cuando, provocar reproches. «En su editorial del pasado jueves, ‘El indulto y la revancha’, insta ABC a los más significados políticos socialistas a replicar de algún modo la concesión del indulto a los golpistas catalanes», escribe EDUARDO MORENO. «Entiendo su prudencia –sigue la carta– al aludir a dichos políticos con una llamada a la conciencia, tratando de inducirles a una toma de posición que se corresponda con su responsabilidad histórica. El editorial es aparentemente duro, pero hace referencia a estos políticos, incursos en una despreciable complicidad, con guante de seda, como si cupiera alguna esperanza de un cambio de actitud. De hecho, alude a “algunos ministros bienintencionados”, como si a estas alturas del mandato cualquiera de esos ministros no hubiera tenido hartas razones para bajarse del barco. Ya no cabe pensar que quede en su puesto ningún ministro bienintencionado. Quizá los más perezosos puedan parecer bonancibles, pero la realidad es que estos son, precisamente, la base moral sobre la que se sostiene el sanchismo: pasividad ante los problemas reales, verbosidad y postureo en la invención de propuestas inicuas y silencio culpable ante el daño que se está produciendo cada día al país y a sus ciudadanos. No. No hay ya, no puede haber tras todo lo sucedido y tras la respuesta del electorado madrileño, ningún ministro decente. La esperanza que su editorial parece manifestar inocencia y debilidad. Al fin y a la postre, la esperanza fue el último de los males que salió de la caja de Pandora, y dejarnos llevar por ella sólo servirá para que siga adelante el proyecto de destrucción de la convivencia».
Juan Carlos Campo, ministro de Justicia