Emocionante regreso de Gonzalo Caballero
▶ Corta tres orejas en su reaparición después de mostrarse firme y gran estoqueador
Feliz reaparición en Navalcarnero de Gonzalo Caballero. Los toros de Juan Pedro, con muy poca fuerza y casta. Ponce corta dos trofeos; Caballero, muy firme y gran estoqueador, tres, que debieron ser cuatro. Este coso lleva el nombre de Félix Colomo, nacido en el pueblo, que deslumbró en su presentación en Madrid, en 1933.
En 1992, cuando nació Gonzalo Caballero, Ponce ya era matador de toros. No está teniendo suerte últimamente en los sorteos, no se le ha visto a gusto en las plazas. Cada uno pensará a qué se debe. Al primero, justo de presentación, casta y fuerza, le saca con habilidad algunos muletazos. Con tan poco toro, poco más se puede hacer. Estocada desprendida: generosa oreja. ¡Y algunos aplauden al toro! El segundo, terciado y flojo, «pasa por allí», dormidito, sin molestar a Ponce: brinda a su compañero y hace con el torito lo que quiere, cuidándolo. Falta la emoción del toro bravo. Mata a la segunda. Juega con el quinto, bravito, en un muy largo trasteo. (Suena un aviso). Lo mejor: los ayudados finales, rodilla en tierra. Estocada baja y perpendicular: oreja.
Superar una cornada
El 12 de octubre de 2019, en Las Ventas, Gonzalo Caballero sufrió una gravísima cornada al entrar a matar, con rotura de la femoral. Los médicos declararon que había salvado la vida porque el instinto de conservación le hizo meter el puño en su herida. Nadie estaba seguro de que salvaría la pierna ni de que podría volver a torear. El esfuerzo con el que ha superado este terrible
ENRIQUE PONCE, de grana y oro. Estocada desprendida (oreja). En el tercero, pinchazo y estocada (saludos). En el quinto, estocada caída y perpendicular y descabello. Aviso (oreja).
GONZALO CABALLERO, de gris plomo y oro. Gran estocada (oreja, petición de la segunda y bronca al presidente). En el cuarto, buena estocada (oreja). En el sexto, buena estocada (oreja). percance merece un respeto imponente. Suele entrar a matar recto como una vela, con el riesgo que eso implica. Recibe con firmes verónicas y quita por gaoneras al burraco ‘Pomposo’. Brinda a su madre, en una barrera: «La mujer más valiente que he conocido». Torea con gusto y hasta desmayado a un toro de dulce, flojo, que pronto se apaga; concluye con alardes encimistas. Mata muy recto, atracándose de toro. Sorprendentemente, el presidente le niega la segunda oreja: ¡absurdo! Aunque apenas lo pican, el cuarto flaquea mucho. Vuelve a estar firme Gonzalo, sufre una colada pero el toro no dice nada en absoluto. ¡Qué pena, ver torear sin toro! También se vuelca al matar: oreja. Brinda a la Infanta Elena el último, otro flojo y amable colaborador, al que da templados naturales. Otra estocada: un trofeo más.
Supongo que la corrida ha sido muy buena (muy cómoda) para los toreros; para los aficionados, muy decepcionante. Con estos toros, Ponce puede seguir toreando durante décadas. Mis mejores deseos para Gonzalo Caballero, firme diestro y gran espada.