ABC (Castilla y León)

El pueblo que no conoce el Covid

- ALBERTO FERRERAS

ZAMORA

Llegar a Latedo puede parecer que es hacerlo al fin del mundo. La carretera muere en este pueblo y más allá de su casco urbano únicamente existe la frontera con Portugal y otra aldea lusa casi tan pequeña como esta localidad zamorana de medio centenar de habitantes.

Ser tan pocos y estar en un pueblo en el que no hay bar, tienda ni ningún negocio ni actividad económica que no sea la derivada de la jubilación, el ocio en el huerto y algún rebaño cuidado como afición también tiene sus ventajas. La remota ubicación de esta pedanía de Trabazos, que paradójica­mente es el primer municipio español de la ruta por carretera que conecta Oporto con Centroeuro­pa, la ha inmunizado frente al coronaviru­s. ¡Bienvenido­s al pueblo en el que no saben lo que es el covid-19!

Los vecinos que residen a diario en la localidad pueden presumir de que entre ellos no ha habido ni un solo caso diagnostic­ado de Covid desde el inicio de la pandemia. Al orgullo que supone haberse parapetado del coronaviru­s añaden ahora la tranquilid­ad de ser uno de los territorio­s españoles con mayor porcentaje de inmunizaci­ón. Aquí las vacunas han llegado al 94 por ciento de la población, 47 de sus 50 vecinos. El dato lo aporta el alcalde de Trabazos, Javier Faúndez, que aplaude la actitud de los vecinos de su pedanía más pequeña. «Fue un pueblo en el que se siguieron todas las medidas de forma muy estricta y disciplina­da, ahora es una población mayor y se han vacunado todos menos tres», explica el regidor, que recuerda, como anécdota, que hace unos meses iba a acudir a Latedo un equipo del Canal Cocina para grabar un reportaje del horno de la Tía Emilia, un obrador comunal que aún utilizan los vecinos para hacer pan. En aquel momento, en plena tercera ola de la pandemia, los latedanos rechazaron la llegada de forasteros, por mucha publicidad que pudiera dar al pueblo salir en televisión, aunque la semana pasada, con la pauta vacunal completa por la mayoría de los vecinos, ya aceptaron volver a abrir el horno y dieron vía libre a la llegada de las cámaras de televisión.

«Andamos solos»

Haber rebasado, con creces, la inmunidad de rebaño, ha cambiado en Latedo las costumbres adquiridas durante la pandemia, aunque no todas. Los fines de semana sigue viniendo gente de fuera y las medidas de seguridad se mantienen, pero a diario la cosa cambia. Las mascarilla­s existen, pero si se pasea por la calle se guardan en el bolsillo...hasta que llega un forastero. «Aquí no se han usado muchas mascarilla­s porque andamos solos», asegura la vecina de Latedo Joaquina Terrón, que aclara que cuando llegan los vendedores ambulantes, entonces sí, echan mano de la protección facial porque «en este pueblo nos hemos cuidado mucho», hasta el extremo de que ha habido ocasiones en las que «la gente cuando viene alguien, huye, parece la peste». Aún así, admite que, al no quedar de paso, a Latedo pocos desconocid­os llegan y cuando los vecinos han tenido que desplazars­e a arreglar papeles o al banco a Alcañices o a Zamora han extremado las precaucion­es, con constante uso de gel hidroalcoh­ólico y guardando todas las medidas de prevención.

El gran beneficiar­io de la inmunidad de rebaño en Latedo es precisamen­te uno de los jubilados que aún mantiene ganado, Antonio Ramos, que no se declara negacionis­ta pero tampoco oculta que, voluntaria­mente, no se ha vacunado. Para más inri, Anto

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain